Si las personas fuesen aire, yo sería una ráfaga de brisa en invierno. Si las personas fuesen agua, yo sería una tormenta en otoño. Si las personas fuesen fuego, yo sería un incendio en verano. Si las personas fuesen tierra, yo sería ese abono fértil de primavera y así para todo. Porque soy como un volcán en erupción, un tornado en su clímax, un terremoto en su euforia, así soy, fuerte, intenso, apasionando. Hablo de mi porque soy a quien mejor conozco.
Quiero ir a la cama contigo, lo digo de la manera más inocente. Quiero acostarme junto a ti en el césped mientras observamos el cielo. Quiero que caminemos juntos mientras llueve. Quiero llenarte de suaves besos, dulces caricias y abrazos sorprendentes. Quiero observar eso ojos oscuros que tanto me gustan. Quiero que nos sentemos a mirar el alba y el ocaso. Quiero que vayamos a fotografiar el mundo. Quiero saber si me quieres porque quiero que sepas que yo te quiero.
Desgarraremos la piel, rasguñemonos la espalda, el cuello, el pecho y los brazos, hasta desatar y desaguar todo el mal que llevamos dentro. Destrocemonos físicamente, ya que el dolor físico es admisible.
Sr. mío Don Diego: Escribo esto desde el cuarto de un hospital y en la antesala del quirófano. Intentan apresurame pero yo estoy resuelta a terminar ésta carta, no quiero dejar nada a medias y menos ahora que sé lo que planean, quieren herirme el orgullo cortándome una pata... Cuando me dijeron que habrían de amputarme la pierna no me afectó como todos creían, NO, yo ya era una mujer incompleta cuando le perdí, otra vez, por enésima vez quizás y aún así sobreviví. No me aterra el dolor y lo sabes, es casi una condición inmanente a mi ser, aunque sí te confieso que sufrí, y sufrí mucho, la vez, todas las veces que me pusiste el cuerno...nó sólo con mi hermana sino con otras tantas mujeres...¿Cómo cayeron en tus enredos? Tú piensas que me encabroné por lo de Cristina pero hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por ti y por mi, primero por mi porque nunca he podido entender ¿qué buscabas, qué buscas, qué te dan y qué te dieron ellas que yo no te di? Por que no nos hagamos pendejos Diego, yo todo lo humanamente posible te lo di y lo sabemos, ahora bien, cómo carajos le haces para conquistar a tanta mujer si estás tan feo hijo de la chingada... Bueno el motivo de esta carta no es para reprocharte más de lo que ya nos hemos reprochado en esta y quién sabe cuántas pinches vidas más, es sólo que van a cortarme una pierna (al fin se salió con la suya la condenada)... Te dije que yo ya me hacía incompleta de tiempo atrás, pero ¿qué puta necesidad de que la gente lo supiera? Y ahora ya ves, mi fragmentación estará a la vista de todos, de ti... Por eso antes que te vayan con el chisme te lo digo yo "personalmente", disculpa que no me pare en tu casa para decírtelo de frente pero en éstas instancias y condiciones ya no me han dejado salir de la habitación ni para ir al baño. No pretendo causarte lástima, a ti ni a nadie, tampoco quiero que te sientas culpable de nada, te escribo para decirte que te libero de mí, vamos, de "amputo" te mi, sé feliz y no me busques jamás. No quiero volver a saber de ti ni que tú sepas de mí, si de algo quiero tener el gusto antes de morir es de no volver a ver tu horrible y bastarda cara de malnacido rondando por mi jardín. Es todo, ya puedo ir tranquila a que me mochen en paz. Se despide quien le ama con vehemente locura, Su Frida.
Era una relación “irreal” ya que era tan perfecta, todo un cuento de hadas, pero lo lindo y lo maravilloso de la vida no dura para siempre.
La relación empezó a cambiar drásticamente, caímos en la monotonía y nos dejamos llevar por los viejos recuerdos y antiguos rencores, cada día todo empeoraba, era difícil comunicarnos, un caos total. Recuerdo que antes nos comunicábamos con gestos y miradas, no había necesidad de hablar, una caricia, un rose o un beso lo decían todo.
Poco a poco nos fuimos alejando hasta el punto en el que uno de los dos se iba más temprano o llegaba más tarde con tal de no vernos. El departamento parecía un lugar fantasma, ya no sonaba el estéreo a todo volumen, el ruido de los sartenes mientras cocinábamos desapareció, las risas mientras jugábamos a las cosquillas se esfumaron.
Yo solía sentarme sobre la barra de la cocina alegremente deslizándome, aún lograba sentarme ahí solo que ahora lo hacía con un trago de tequila mezclado con soledad y melancolía, pensaba que la rutina nos había destruido, pero bien dicen por ahí “se perdió la batalla pero no la guerra”.
Pasaron unas semanas y ninguno de los dos hacia algo para recuperar aquello que habíamos perdido, aquello que nos hacía felices, el orgullo no nos dejaba y los dos éramos obstinados y caprichosos.
Un día llegue a casa y estaba ahí, me sorprendí, ya que evitábamos vernos, camine por el pasillo, me acerque a la puerta de su habitación ya que no soñábamos bajo las mismas sabanas y sobre las mismas almohadas, vi sobre su cama dos maletas grandes, dentro de ellas todas sus pertenencias, respire profundo, me contuve tanto como pude porque en la garganta se me había hecho un gran nudo y los ojos se llenaron de lágrimas, corrí hacía mi habitación, cerré la puerta y me desplome por completo, mis lágrimas bajaron como cual río después de una fuerte tormenta. Empecé a recordar todos aquellos momentos juntos, solo me hice una pregunta “¿Le debo dejar ir o aún hay una pequeña chispa encendida entre nosotros?” me levante, abrí la puerta, salí de la habitación y ya no se encontraba en el departamento, se había llevado todo y con todo me refiero a que también se había llevado una parte de mí y yo quedaba con una parte suya.
Salí del departamento, baje los escalones, abrí la puerta del edificio, vi cómo se alejaba poco a poco, muy lentamente como si no quisiera marcharse, al verle irse me di cuenta lo mucho que le amaba, sentí que se me rompía el alma en mil pedazos, era la 01:43 A.M. me pare en medio de la calle con la mente en blanco, sin poder moverme, sin saber que hacer, totalmente abrumado, de repente estaba cantando:
“… All you need is love
all you need is love
all you need is love, love
love is all you need…”
Las notas salían de mi garganta perfectas y afinadas, dejo de alejarse, estaba ahí oyéndome cantar a unos cuantos metros, se volteó, soltó sus maletas y corrió hacía mí lo más rápido que pudo, vi como rodaban sus lágrimas por sus mejillas, se paró frente a mí y cantamos la última línea de la canción juntos, me dijo “Te ame, te amo y te amare en esta vida y la otra” le bese como si fuese el último beso, como si el mundo se nos acabara, como si se nos agotara el oxígeno, alejó sus labios de los míos y me susurro aquella frase de Beethoven que tanto adoro “Ever thine. Ever mine. Ever ours.”
Después de una noche de sexo, alcohol y cigarrillos ¿Qué queda? Un vago recuerdo y un gran vacío. Ya te cansas de follar y follar e irte a la cama con alguien que a la mañana siguiente no recordaras su nombre.
Luego sientes que te hace falta algo, cosas simples a las que no le damos tanta importancia como un abrazo, un beso, una caricia, un “buenos días”, un “buenas noches”, un “descansa”, un “te quiero”, un “te extraño” y unos cuantos “te amo”. Empiezas a sentir la leve necesidad de estar con alguien que llene tus vacíos emocionales y que este ahí para ti cuando te encuentres en desolación e inicia tu búsqueda por el amor y esperas encontrar a alguien que llene tus expectativas, alguien que te haga sentir ese fuerte cosquilleo en el estomago y te saque sonrisas con el simple hecho de verle, alguien que te tome de la mano y te lleve a dar un paseo, alguien con quien puedas tirarte a la cama y comer helado mientras ves una película, en fin alguien que te ame.
“…bueno, tal vez no, definitivamente no, porque simplemente no soy tú, tampoco es mi intención intentar comparar los problemas de cada persona, ya que los niveles de dificultad son totalmente subjetivos.
Puede ser que para alguien lo peor que le ha pasado en la vida ha sido perder a su mascota, mientras que para otra ha sido ver como pierde a su familia frente a sus ojos y muy probablemente a los dos les haya dolido igual, al punto al que voy es que no intentes mirar cuan mala o buena ha sido tu vida, no tengas presente el dolor que has sentido o que probablemente sientas luego.
Cada caída y cada golpe nos permiten aprender y ser más fuertes para los problemas que nos depare la vida. Si tu profesión te hace feliz, enfócate en eso, olvídate del resto, si hay algo que te entristece, apártalo y no dejes que te afecte más.”
Jueves, 23 de marzo / 02:45 A.M.
Yo deseaba quererte, pero tú y tu maldito “miedo” no me dejaron, y después descubrí que tu “miedo” tenía varios nombres, cada vez que intentaba acercarme a ti, tú construías una gran muralla, yo que estaba dispuesto a todo por ti, hasta el punto en el que ya no sabía cómo acercarme y mucho menos sabía cómo quedarme, así que decidí alejarme y te dije “adiós” porque el “adiós” es para siempre, para irse lejos, para no volver, para olvidar.
Sé que algún día nos volveremos a encontrar y ahí en ese preciso ínstante espero que te des cuenta de lo mucho que me importabas, de lo mucho que quería quedarme contigo, de lo mucho que trate de mantenernos unidos, pero da la casualidad que eso que yo tanto anhelaba contigo se construye de a dos y tú cariño, tú no estabas ayudando, solo no podía, ya me estaba cansando, me sentía agota de solo dar, dar y dar y no recibir ni un poco. Ahí te darás cuenta que yo, yo soy de esas casi extintas personas que saben amar bonito.
Nos volveremos a encontrar, de eso estoy muy seguro… y tú, tú maldito hijo de puta me vas a extrañar.
Ha llovido todo el día, he sentido como se le ha roto el corazón el cielo, también he sentido como se desquebraja mi alma. Hoy sentí como el frio y la lluvia de Bogotá me afectaban de una manera inusual, hace mucho tiempo no sentía esa extraña manera en la que me pierdo y no logro reconocerme.
Hoy sentí como esta helada ciudad me tritura lentamente, con mis botas mojadas, mis ojos llenos de lágrimas, mis manos casi congeladas y mi alma destrozada, sentía que cada gota que caía era ese sentimiento de culpa, soledad, frustración, impotencia, decepción y amargura.
Sin aliento, ni ganas de seguir caminando tome un taxi. Ya dentro del auto conecte mis audífonos a mi móvil, no había mucho que escoger en la lista de reproducción, con el clima y esa laguna de sentimientos agobiantes solo quería oír todas las canciones de Carla Morrison y Leonel García.
Mientras veía las gotas resbalar por la ventaba del auto solo pensaba en todo lo que logra hacernos sentir la lluvia, bajo ella nadie nota que estas llorando, nadie logra escucharte, en que no importa a donde vayamos ella siempre estará ahí para hacernos sentir algo, que no importa donde estemos siempre la vamos a oír.
También pensaba en lo afortunadas que son esas parejas que se abrazan para mantenerse cálidos, y así evitar el frio que desquebraje sus emociones.
Cientos de pensamientos más pasaron por mi cabeza en los 40 minutos que tarde en llegar a casa, solo me baje del auto, tome una ducha de agua tibia para poner el cuerpo cálido, ojala también las duchas de agua tibia hicieran sentir el alma cálida. Después de eso, me metí a la cama sintiéndome agotado, sin ganas de nada, pero con ganas de alguien.
Ya han pasado un par de horas y aun me siento frio, no es agradable, creo que hay cierta cantidad de lágrimas por momentos así y ya me acabe las de hoy. Mientras trataba de abrigarme me sentía “sin rumbo fijo” (una frase que nunca creí usar).
Estoy por ahí caminando por algún lado de Bogotá, esperando encontrar la tranquilidad en un puente, la paz en una esquina, la fuerza en algún vagón de cualquier estación, la pasión al lado de un semáforo, y quizá solo quizá el amor en la puerta de mi casa.
En conclusión creo que esta soledad me esta carcomiendo y siento que ya no tengo la capacidad de autor-reparación que solía tener.
¡ESTOY CANSADO¡
No soy alguien que se considera lógico o racional, siempre opto por las decisiones emocionales, dejarme llevar por los sentimientos es lo mío.
Hace aproximadamente dos semanas tome la decisión de volver a mi ciudad de origen y dejar Bogotá, en ese instante supe lo que es ser adulto y tomar decisiones racionales, es duro dejar el lugar donde me siento tan a gusto, tan feliz, tan tranquilo, en el lugar donde puedo ser yo mismo, donde no debo esconderme de nada ni de nadie, en ese lugar que personalmente considero mágico en donde soy totalmente libre.
Empaque un año y medio de mi vida en dos maletas, tres cajas y un morral. Ha sido la decisión más difícil y dura que he tenido que tomar, aun no logro entender por qué siento tanta paz en esta ciudad tan caótica.
El solo pensar en dejar a mis amigos, me destroza y deja un gran vacío en mí, esos seres que transformaron mis días monótonos y aburridos en días increíbles, llenos de amor, diversión, aventura, peligro, adrenalina, risas, abrazos, juegos, fiestas, pijamadas y cenas. Esos hermosos seres que me aceptaron sin reprocharme nada, que también me ayudaron aceptarme más, ellos son la familia que yo escogí, la familia que siempre se encarga de decirme que soy el ser más auténtico que han conocido.
Mis amigos me han dicho “todo estará bien”, “tranquilo”, “devolverte es la opción más viable”, le he vuelto a explicar que dejar este lugar es como abandonar el amor de mi vida voluntariamente, siento que me están arrancando algo que amo demasiado, algo a lo que aún me aferro.
No cambiaría ni un segundo de mi tiempo en Bogotá, a ninguna de las personas que conocí. A veces la vida se encarga de quitarme lo que más amo para que me dé cuenta del valor.
Mientras escribo estas líneas mis lágrimas ruedan por mis mejillas, reproduzco en repetidas ocasiones “Triste y vacía” de Héctor Lavoe y “Me puede” de Carla Morrison. Creo rotundamente en el poder sanador de las lágrimas, me ayudan a desahogarme, a desaguar, a dejar ir lo que duele.
Ahora lo que viene es aceptar, aceptar que debo volver al “infierno”, al lugar donde jure jamás volver a vivir, ese sitio donde me siento asfixiado y aprisionado, en donde a si piense en las “cosas buenas” que tiene para ofrecerme, no logro encontrarme allí, ese lugar me hace sentir perdido y ahogado.
Para olvidarte tuve que recorrer diferentes cuerpos, palpar muchas manos, contemplar cientos de lunares, besar varios labios, perderme en unas cuantas miradas y todo esto, para no volver a ti.
“yo soy amor, soy placer, soy esencia, soy pendejo, soy alcohólico, soy tenaz... Yo soy, simplemente soy.”
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