-¡! ¿Qué? ¡! ¿Alguien hará una fiesta en este lugar? – El joven se incorporo asomando la cabeza entre los arbustos, había pasado toda la mañana mirando el cielo, constantemente permanecía inspirado y por eso pensativo la mayor parte del día, resultaba abrumador y aburrido de cierta manera porque esta clase lejos de esta sometido a un régimen estricto de clases y entrenamientos como en casa aquí los profesores faltaban libremente a sus clases y todo era un absoluto descontrol. Se sentía agobiado y eso no era bueno para su salud, el estrés era terrible para la piel, te envejecía bastante, respiraba para mantenerse tranquilo justo antes de escuchar aquello por parte de la joven del cabello lila a quien desconocía por el momento aunque su particular acento resultaba sumamente encantador y elegante. Pero más que eso, sus palabras, era la primera “reunión” que anunciaban aquí desde su llegada y básicamente se estaba volviendo loco por la abstinencia a la que estaba siendo sometido desde que llego a aquel lugar y que solo era soportable con el recuerdo constante de Elysian. Pero ahora, esta era su oportunidad de relajarse y distraerse, de liberarse por un rato, aunque claro imaginaba que las fiestas por aquí en este caso “reuniones” serían muy distintas a las que acostumbraba pero inevitablemente, al escuchar la palabra fogata recordó aquel verano en el que las doncellas bailaban alrededor de la hoguera, desnudas y en pleno éxtasis con seductores movimientos, un día de celebración por la victoria en la batalla, los restos de sus adversarios yacían ardiendo en el fuego, era todo lo propicio para una velada inolvidable, luego de eso se fue a la cama con las cinco jóvenes, pero como fuera, igual a la mañana siguiente fue como si nada hubiese pasado. Una cama y una casa vacías. Eso dejo de importarle dese hacía tanto pero ahora tenía la inquietud de saber cómo era que celebraban los chicos de Hogwarts. Y esperaba que su precioso ángel estuviera ahí, eso haría de cualquier momento algo perfecto.
||Privado|| ¿Es este un nuevo comienzo o el final absoluto de todo? Te amo || Reggan y Elysian || 13/12/2016 || Jardines del Castillo ||
Un labio roto se arregló en segundos, y le quedaba la grata sensación del reencuentro que tuvo con su hermana que había sido apropiado para la situación, algo dramático con un final favorecedor, al menos para ellos, ya que la historia de Reggan aún no terminaba, no en París, si no en Londres sería su acto final de una comedia, una tragedia o una historia de romance sin precedentes. Lo que fuera solo quería que Ely estuviera bien, se había mantenido alejado de ella pero notaba el cambió, volvió a ser tan retraída, como si la poca confianza que había logrado conseguir se hubiera esfumado del todo cuando le rompió el corazón, se odiaba aún más por ello.
La suave llovizna se convirtió en tormenta en su caminata al castillo, la lluvia lo empapo en pocos segundos, pero resultaba algo relajante, liberador, y por segunda vez las lágrimas se hicieron presentes mezclándose con las gotas de agua que escurrían por sus mejillas, no importaba el hecho de que costoso traje se arruinara o que su cabello perfectamente arreglado ahora fuera cosa del pasado, simplemente lloraba disfrutando la liberadora sensación de estar poniendo en orden las cosas importantes en su vida. Primero su hermana, ahora Elysian. Solo necesitaba desahogarse, sacar todo el pesar con el que había cargado desde hacía tanto.
El inconfundible aroma de las rosas del castillo le hizo notar que había llegado hasta los jardines principales, estaba completamente desierto, los estudiantes habían ido a refugiarse de la tormenta en sus salas comunes o el gran comedor y él agradecía la paz, el silencio absoluto únicamente irrumpido por el paso de la lluvia, se quedó ahí, inmóvil, con la mirada puesta en el césped y los pequeños charcos que comenzaban a formarse. Nunca espero encontrarse con el destino en aquel lugar, con la señal que rompería el pasado y los haría encaminarse hacia un nuevo futuro juntos.
*
Ausente, esa era la palabra que podía describir lo que hacía Elysian desde aquella tarde en que sus sentimientos se bloquearon y Stephen tomó control de su cuerpo. –– "Ely, mi niña... reacciona..." La dulce voz de su madre le acariciaba los cabellos mientras trataba de consolar a su pequeña niña pero sin embargo Elysian no quería volver nunca mas al mundo real. –– "¿Ely, ese es Reggan?" Stephen le permitió ver la figura empepada del Slytherin y entonces una mezcla extra de sentimientos le hicieron tomar control de su cuerpo de nuevo. Stephen se quedó a un lado mirando como ella se encargaba de la situación y su madre pedía a los dioses de la naturaleza que absorbieran toda aquella magia. Sus pies echaron a correr por el jardín para alcanzarlo y en segundo estaba mojada completamente. Se detuvo a escasos centímetros de el y con la mirada seria y fija en la perfecta cara del mayor pronunció lo que debía haber dicho aquella tarde en el lago. –– ¡CRUCIO! Su mano de inmediato lanzó atreves de su varita aquel hechizo que haba usado muchas veces y el cual se había convertido en su favorito. Se negó a abrazarlo, besarlo o llorar por su ausencia pero tenía que sacar aquel odio que tenía por dejarla. –– ¡TE ODIO! ¿Por qué me hiciste confiar en ti? ¿Por qué me juraste tantas cosas que no cumpliste? ¡¡DIME!! ¡¡RESPONDE!! Estaba gritando, por primera vez en su vida estaba enojada y su delicada voz estaba subiendo de volumen hasta que sus mejillas se hicieron rojas y su voz se desgarró. Su varita mantenía el maleficio sobre su compañero y primer amor, no aflojaría hasta que tuviera sus respuestas. –– ¡¡DIME!!
*
No se percató de los pasos que con prisa corrían hacía él, fue hasta que vio los pequeños y delicados pies que alzo la mirada, encontrándose con la mirada furiosa de Ely, lucía hermosa, estaba empapada y su pálida piel seguramente estaría más fría que nada. Su cara se transformó lentamente en una expresión de asombro al verla, como si todo transcurriera en cámara lenta, lanzarle aquel malefició que lo hizo caer al suelo doblándose de dolor, un grito inicial lo hizo recordar que no debía hacerlo, así que apretó los dientes para evitar arrancarse la lengua de una mordida, no era la primera vez que le lanzaban un crucio, pero la última fue hace mucho, y lo agarro desprevenido, con la guardia baja, en un momento íntimo y personal, y justo así se sentía el ataque, personal. Pero si había algo que dolía más que esa tortura eran sus palabras que eran tan ciertas, y que ella estuvo callando por tanto tiempo. -Uhm!! AH!!-No podía hablar, pero sí que se lo merecía.- Para y… te lo… explicaré todo!- La miraba suplicante, no por el dolor si no porque ambos tenían derecho a una explicación. Su cuerpo se tensaba con fuerza, su cabeza golpeaba contra el césped con brusquedad, comenzaba a sentirse mareado.
*
No quería detenerse, no quería dejarlo salvarse de la furia de aquel corazón que había confiado en el y ahora no quedaba nada de el. No quería dejarlo, no quería perderlo, quería tenerlo siempre a su lado. –– ¡¡AH!! Gritó molesta y bajó su varita y furiosa lanzo un Crucio al cielo solo para liberar su energía acumulada. No podía dejar de temblar, no era el frío lo que lo provocaba si no el coraje de saber que el había pasado los días como si nada y ella no podía volver a vivir pues no había nada en su vida. –– ¡¡Explícame!! ¡DIME POR QUÉ? ¿Por qué jugar conmigo? ¿Qué te hice yo para que jugaras de esa forma... ¡¡DIME!! Sus manos subieron a sus mejillas para quitar sus lagrimas que mezcladas con la lluvia y le miró mientras se despegaba los mechones de cabello que se le pegaban al cuello. -¡¡HABLA!!
*
-¡Ah joder, olvide cuanto dolía eso!- Exclamo el mayor con la respiración agitada presa del dolor muscular que ahora resentía su cuerpo, por todo el esfuerzo en frió que acababa de sufrir, si bien el dolor era algo mental, los espasmos en su cuerpo no, se sentía como si hubiera pasado por un arduo entrenamiento después de no hacer nada durante mucho tiempo, duro unos segundos en el suelo hasta que se levanto lentamente observando a la menor con semblante sombrío que lloraba, no estaba alerta, seguía con la guardia baja porque ella tenía todo el derecho hasta de matarlo si quisiera. No trato de acercarse más a ella, ni un pasó. -Yo…- ahora las palabras que ya habían estado tan claras en su mente eran confusas, dolía el hecho de haber callado tanto lo que sentía, hasta el grado de hacerla sentir de aquella manera. Era un cobarde por no hablar con la verdad, y las palabras de su hermana eran ciertas, era patético. Estaba molesto consigo mismo.- En el pasado siempre fui muy descuidado, no me importaban los medios por los que pudiera sobresalir, aun si eso implicaba lastimar a muchas personas, y así lo hice, utilice a muchas mujeres, de maneras inimaginables… Pero tu… a ti jamás te utilice… nunca podría haber jugado contigo, todo lo que te dije fue real, y por eso fue que decidí alejarme de ti, para poder protegerte de mí mismo… lo correcto habría sido decirte de frente, que mi maldita familia odia a los mestizos, y aunque a mi jamás me importo eso entre nosotros, ellos no lo podían pasar por alto, saben quién eres, te conocen… nos vieron juntos, me aterro el pensar que pudieran hacerte daño y mis medidas fueron más drásticas de lo que creí. No hubo un solo día en que no quisiera correr a pedirte perdón y contártelo todo, pero sé que nunca podré librarme de ellos, ya no quiero lo mismo que quería antes de conocerte, todo cambió gracias a ti, por eso no puedo soportar verte con alguien tan despreciable como yo… Pero lo cierto es, que aun sabiendo eso yo no eh dejado de amarte ni un solo momento, no eh dejado de pensar en ti a cada instante y siempre que puedo mirarte desde lejos eres lo único que mantiene el sentido de mi vida. Lamento mucho todo lo que dije el último día que nos encontramos, cuando me dijiste…- Un sollozo se le escapo de los labios al punto de las lagrimas- Cuando me dijiste que me amabas, no sabes cuánto me dolió escuchar eso porque mi deber era romperte el corazón, pero en el interior me hizo tan feliz que mis sentimientos fueran correspondidos a ese punto, pero a la vez me destrozo, lamento que llegarás a sentirte así por mi culpa… fui un cobarde, y te hice daño, eso es algo que nunca voy a perdonarme y tampoco espero que tu lo hagas.- Por primera vez en su vida adoptaba una posición genuina de arrepentimiento, lo sentía profundamente.
*
A cada palabra que de los labios de Reggan escapaba era una daga mas que sepultaba su personalidad, sus ilusiones, su amor. Lo amaba, no había duda de eso sin embargo no lo perdonaría por aquello que le hizo pues lo mínimo que quería era que luchara por el amor del cual hablaba con tanta fascinación. –– ¡Te odio! De nuevo comenzó a hablar con voz alta mientras se acercaba al contrario y le estrellaba los puños en el pecho, golpe a golpe dejaba atrás el dolor que sentía por su ausencia. No tenía fuerza, no tenía mucha furia en sus brazos porque Reggan le había dejado sin vida al marcharse. –– Me abandonase... no sabes como te necesité... mi corazón confió en ti y lo engañaste... me enamoré de ti.... ¡AH! ¡TE ODIO!... Reggan.... ¿Por qué? Por cada palabra sus puños chocaban en sus prendas mojadas deseando que aquella imagen nunca se fuera, pues aunque estaban peleando era el momento mas feliz. Reggan siempre desde que se conocieron le hizo inmensamente feliz y esta ocasión no era la excepción. –– ... Me hiciste mucha falta ... Su voz poco a poco se hacía débil, no había dormido en días, no había comido por días, estaba tan débil que su vista se nubló haciendo que sus piernas fallaran y su pequeño cuerpo lentamente se desplomara sobre el suelo. "¿Cuanto tiempo has estado así?" pensó su madre al ver lo debil que su hija estaba y lo descuidada que había sido con su propio cuerpo. –– ... Te amo...
Se había quedado mirando el tazón de avena por algunos minutos hasta alzar su mirada encontrándose con Elysian que desvió la mirada rápidamente, una sonrisa apareció en los labios del mayor quien meditaba sobre el rechazo por parte de la joven Ravenclaw durante los últimos días. ¿Cómo es que era vulnerable a sus encantos? Lo hacía dudar de sus habilidades en el cortejo pero más que eso, de su personalidad y de su belleza. La miraba con intensidad, entre confusión y deseo, ella estaba prohibida para él pero aun no descifraba a que grado, ella le regresó un par de miradas pero se mantenía distante, pensativa ¿Qué no le había dicho aun? Porque no lo dejaba adentrarse en su mente, en su corazón, en su alma…- Ella poco a poco lo iba sumiendo en la locura, en la obsesión. Su mirada no titubeo ni por un instante hasta que la joven repentinamente se puso de pie irrumpiendo sus pensamientos ¿Iba a retirarse? ¿Debería seguirla? Quizás en verdad lo aborrecía y no era más que un estorbo para ella, la amaba tanto que si ella se lo pedía la dejaría en paz… Lo que nunca espero fue lo que pasó a continuación. Ella subió sobre la mesa de los cuervos y repentinamente comenzó a cantar y bailar como toda una rebelde en contra del sistema, era como si el hermoso ángel demostrara todo lo que había estado callando por mucho tiempo de una manera tan viva e hilarante que lo hizo contener la respiración la mayor parte del tiempo mientras su cuerpo se expresaba con libertad y belleza. Algo que lo tomo por sorpresa de la mejor manera posible, claro que no todas las reacciones fueron iguales, había descontento por parte de la mayoría de los presentes, incluidos los profesores, otros más la animaban o reían pero en él solo conseguía hacer que su corazón latiera desbocadamente mientras escuchaba atento sus palabras que lograba comprender a medias porque estaba cantando en Español. Para cuando termino de pronto el silencio incomodo invadió la enorme sala que a esta hora estaba llena de personas, Reggan no aparto sus ojos de la menor que se quedo quieta sin saber qué hacer, así que sin pensarlo demasiado se puso de pie caminando hasta ella, la tomo con delicadeza por la muñeca haciéndola bajar de la mesa para mantenerla a su lado, tomo su mano haciéndole saber que todo iba a estar bien, que no tuviera pena y antes de que ella reaccionará de manera escandalosa porque él comprendía que el contacto físico la perturbaba, dijo: -Les ofrezco una disculpa en nombre de aquellos que no supieron apreciar esta muestra de belleza y libertad por parte de la señorita Lutz, muchos deberían sentir la música y dejarse llevar tal como ella lo hizo, un acto verdaderamente admirable. Si nos disculpan…- Sin decir más se adelanto aun con la joven de la mano y salió de ahí tomándose su tiempo para que ella no sintiera que la estaba forzando, una vez en el corredor la soltó y se giró para mirarla: -¿Se encuentra bien?
Cada día que pasaba se volvía monótono, aburrido, perdía por completo el sentido, aunque se encontraba mucho más tranquilo que en los días anteriores, era algo confuso, era como si la pasión de su vida se hubiera extinguido por completo.
Ni siquiera el día de una de sus clases preferidas estaba emocionado. Hacía las cosas por obligación, se vistió y arreglo por costumbre, fue a la biblioteca a estudiar por que ya era rutina, comía muy poco porque era necesario para rendir el día y dormía mucho menos, comenzando a formársele tenues ojeras debajo de los ojos, eso no era atractivo, debía hacer un esfuerzo, pero le era imposible no pensar demasiado en lo fácil que le había resultado a Ely ignorarlo aunque eso era lo que quería, era frustrante.
Entro al aula sin demoras, justo a tiempo, con semblante serio, sentándose en primera fila, observando al profesor, hasta que comenzó la clase.
El profesor “Ler” era de lo más interesante, a Reggan le habría encantado conocerlo antes, pero ahora ni siquiera tenía ganas de criticarlo de manera constructiva. Tomó un pergamino y comenzó a escribir lo que les pidió el profesor:
-Reggan B. Stoker, Slytherin. No poseo habilidades en cuanto a transformaciones de mi organismo pero soy vidente. Asistí el bloque anterior a su clase. No tengo fobias o alergias.
El profesor estaba más nervioso que nunca, era evidente, no solo por sus tartamudeos si no por su comportamiento.
#Slytherween #SlyRoyalty Al final no había hecho planes para salir del castillo, al menos no la primera semana, desde su llegada no había podido descansar, cuando se llegaba a mitad del ciclo escolar solo podían hacerse dos cosas, esforzarse y tomar el ritmo o dejarlo pasar y perder el tiempo, bueno, lo último estaba muy lejos de ser su estilo, y al fin habían terminado los TIMO´s. El castillo permanecía en silencio, solitario, la mayoría de los estudiantes habían salido de vacaciones, habían regresado a casa, con sus padres. Reggan meditaba sobre todo y nada mientras observaba el cielo, el viento soplaba con ligereza, hacía un día precioso, algo frío pero él estaba acostumbrado a temperaturas mucho más bajas, esta época del año tenía algo mágico, algo que le gustaba, y eso la convertía en su preferida. El pasto ligeramente mojado por el rocío de la mañana mojaba sus dedos que se deslizaban sobre él. A unos cuantos metros de ahí el grupo de compañeros de casa comenzaba a reunirse mientras la prefecta terminaba de enlistar todo lo que había estado haciendo para la actividad de hoy a la que en los días anteriores les había invitado a participar. Parecía algo ambiguo pero quería integrarse, desde su llegada, la adaptación a la vida estudiantil había ido bastante bien, y aunque no sabía de qué iba la actividad de hoy siempre podía resultar algo divertido, una experiencia enriquecedora y debía entablar relaciones con las serpientes, no los conocía a todos así que la ocasión era perfecta. Se puso de pie integrándose al grupo para escuchar la explicación sobre lo que harían. Sinceramente no le interesaban los premios y la actividad era bastante simple, pero con un paisaje otoñal, a orillas del bosque con unas vistas tan hermosas era normal que la inspiración surgiera, así que demostraría su talento tallando calabazas. Debía pensar muy bien que quería plasmar, Reggan era un amante de la belleza, pero esto era Halloween, una fecha en la que la línea entre el mundo de los vivos y los muertos era tan delgada que había muchas manifestaciones de los parientes del otro lado en nuestro mundo, por ello los humanos se disfrazaban de cosas aterradoras, para mezclarse entre ellos y que todo resultara más ameno, por así decirlo. Así que las cosas lindas no estaban tan asociadas a esta fecha y debía admitir que era aburrido, así que era momento de darle un poco de horror bizarro a su vida. No habían muchas cosas que le asustarán al joven Slytherin, a diferencia del resto de las personas a las que cosas como la obscuridad, los insectos, roedores, arácnidos, fantasmas, monstruos o e incluso para los supersticiosos cosas como la mala suerte, no, a él eso le iba y le venía igual, ni si quiera la muerte. Así que se puso a pensar en que podría hacer, que idea resultaría realmente aterradora para los chicos a su alrededor, se puso a observarlos, uno a uno, eran tan jóvenes y con personalidades tan variadas. Pensando en lo mismo la idea del baile le llego de golpe, era de disfraces y ¡aun no tenía uno! Faltaban solo algunos días, debía ir a Londres y variar, no quería seguir siendo un príncipe como en los bailes de disfraces que organizaban cada año en el castillo Vlad, pero todo eso le dio una idea, la gente se disfrazaba de muchas cosas para esta festividad, algunos de cosas que resultaban ser completamente distintas al concepto de terror, otros idolatraban a sus personajes favoritos, otros realmente aterradores y entre estos, uno de los que podían asustar mas y de los más conocidos eran los payasos. Así que con la simple idea y tomando en mente películas y literatura que estaba relacionada con estos y que conocía o con la que estaba familiarizado comenzó a trabajar. Tomó cortadores, cuchillos: de sierra y plano, palillos, pintura, pinceles, y otros detalles que le parecieron serían adecuados, si le falta algo mas ya se ocuparía después. Se coloco a un extremo de la mesa en lo que comenzaba a trazar su idea, primero tomo una calabaza de tamaño medio, no debía pesar más de tres o cuatro kilos. La coloco sobre algunos periódicos que habían sido colocados para que no se ensuciara demasiado la superficie sobre la que trabajaría, antes de proseguir con cortar la tapa y sacarle el relleno se retiro todos los anillos que llevaba, por primera vez en su vida considero que llevar las uñas tan largas y perfectas era contraproducente, se le estropearían horriblemente pero ya se las arreglaría luego, antes del baile. Tomó el cuchillo de cierra pequeño, y justo, alrededor del tallo comenzó a cortar la tapa, que le daría acceso al interior del amigo naranja. Con el ángulo del corte hacía el interior de manera que evitara que al ser colocada esta se fuera hacía el centro de la calabaza. Un círculo perfecto, con la medida apropiada para que su mano pudiera entrar, tomo una pequeña pala de mano, parecía de jardinería y empezó a sacar el relleno y las semillas, colocándolo en un tazón que tenía al lado para ese propósito, seguramente los elfos aprovecharían todo eso para el banquete de Halloween, ya veía toda clase de comida preparada con calabaza. No retiro demasiado de las paredes ya que su idea era tallar no sobre la cara superficial si no sobre las capas internas de la pulpa. Se limpió las manos con un pañuelo y se sentó, necesitaba un boceto como guía, tomo una hoja de papel y un carboncillo y comenzó a delinear la forma de su calabaza y luego la cara del payaso que quería, poco a poco fue tomando forma y tras quince minutos añadiendo detalles, estuvo listo. Era momento, la idea era hacer que pareciera que la cara estaba dentro, rodeada por la calabaza, así que marco con tinta el contorno de lo que tendría que pelar, así que comenzó a tallar, con un cuchillo plano, quitando capas hasta que la profundidad le pareció apropiada, no era una actividad difícil o complicada, solo era cuestión de cuidar y saber manejar los niveles de las dimensiones, en este caso no tenía que ser perfecto porque su diseño no era simétrico o estéticamente correcto. La cara tenía facciones muy marcadas como las arrugas de la frente y los ojos, las de la expresión de las mejillas por la sonrisa, los pómulos, la nariz y esos labios gruesos y deformes. La base fue rápida, lo que requirió tiempo fueron todos los detalles que le daban personalidad al personaje. Una vez terminado era tiempo de darle color, por si solo lucía muy bien, pero debía lucir grandioso. La base de pintura blanca, las cuencas de los ojos y de alrededor de la cara en negro también usado para dar profundidad a las arrugas de la boca. Para las arrugas de los ojos uso un tono azul rey y para los labios y el rubor marcado de las mejillas uso un tono naranja, una imponente nariz roja a juego con el reflejo en las arrugas de la frente, al igual que el cabello que eligió, utilizo musgo del bosque, que puso a secar al sol: Lumos Solem- un rato antes de pintarlo y adherirlo a la calabaza, el hechizo también ayudo a que toda la pintura se secara rápidamente. Por último, tomo un ojo de vidrio, colocándolo en el cuenco vació del rostro, de inmediato adquirió “vida”. Un proceso de casi tres horas, pasado el medio día al fin pudo ver su idea plasmada… en una calabaza. -Debo ponerte un nombre… ¿No? Uhm…Mr. Killjoy. Bienvenido…- Agrego el nombre, tallado con delicadeza en la parte posterior, al igual que sus iniciales. Estaba listo. Algunos de sus compañeros terminaron un par de horas atrás, otros seguían concentrados o frustrados repitiendo una y otra vez los procesos al no conseguirlo a la primera. Regreso todo a su lugar y fue a lavar sus manos, sus uñas efectivamente estaban horrendas. Ahora solo debía esperar.
Plantas, nunca había sido fan de ello, en casa no tenían jardines, solo un inmenso bosque que rodeaba todo el castillo condenado a un invierno perpetuo, literalmente, las únicas veces que podía apreciar un clima diferente era cuando su tio lo mandaba a hacer algún trabajo fuera o en sus reuniones en Rumania. Le gustaba, estaba acostumbrado al frio, por eso aun no se acostumbraba al clima de Londres. La clase de herbología sonaba interesante ya que no solo eran “plantas” comunes y corrientes, tendrían cualidades muy distintas a eso. De la misma manera, en casa había un invernadero pero no tenía permitido entrar ya que las plantas que ahí se cultivaban eran “letales” para la protección del lugar, había tantas locuras puestas para que fuera seguro que la verdadera amenaza se encontraba dentro del castillo. Como fuera, llego con tiempo perfecto al invernadero donde la clase con la profesora… Camila- repitió leyéndolo directo del trozo de pergamino que llevaba a mano, gracias a los datos que los cuadros le dieron. Solo para encontrar un anuncio –a los que ya se había acostumbrado entre tareas, profesores que no daban sus clases y ahora, profesores que cambiaban la clase de lugar, era una locura- Se apresuro por que ahora estaba retrasado y eso no era elegante ¡! ¿En cuál de los jardines? ¡!
Por lo menos para cuando los encontró aun no daba comienzo, el resto de los asistentes llegaron de la misma manera, corriendo y apresurados.
Sentados en el pasto Reggan intentaba encontrar una posición en la cual sentirse cómodo y alejado en lo más posible de los demás hasta que notó que cierta jovencita estaba ahí. Ely, se acerco a ella quedándose tranquilo a su lado con una amplia sonrisa de pronto cambiando todo el panorama, hasta el entusiasmo de la profesora le pareció encantador y se preguntaba si la niña a su lado sería su hija, era muy joven, que trágico.
Su vista paseaba por el jardín y luego se posaba en su ángel y luego nuevamente buscando plantas mágicas “No letales” imaginaba él, aunque herbología no era su fuerte dejo pasar la respuesta ya que el resto de los alumnos respondieron inmediatamente. Se preguntaba ¿Qué clase de practica llevarían a cabo?
#LetsMeet
PREFACIO:
“Detrás de todas las cosas exquisitas hay algo trágico”
Soy un joven Aristócrata. Un caballero de actitud refinada con costumbres antiguas pero con la mente abierta de la era contemporánea.
Me apasiona el arte, soy amante del placer –no solo físico, eh vivido en el pecado por tanto tiempo que ya no me llama el deseo carnal, más que nada lo busco en lo intelectual, espiritual y emocional- y el poder. De modales impecables y aspecto angelical, nadie sospecharía que alguien como yo guarda obscuros secretos que a cada instante condenan su alma a un tormento perpetuo en el más profundo de los abismos. Soy encantador, lo sé, puedo ser la mejor de las compañías o la peor de tus pesadillas, todo depende de ti y de cuán bien sepas comportarte, conoce tu lugar para no tener que recordártelo.
No temo hacer lo necesario para obtener lo que quiero, y siempre lo hago. Sínico, hipócrita… claro que sí, nunca me han llamado así pero cada quien sabe lo que es, las personas suelen amarme o mejor dicho, a lo que aparento ser. Eh hecho lo necesario para sobrevivir, y cuando lo conseguí comencé a vivir mi manera. No, no me atemoriza el futuro, por el contrario, nací con la “virtud” de poder mirar hacia él, yo lo llamo de otra manera “maldición” una maldición que no me permite esperar lo inesperado, yo no creo en las coincidencias, pero sé mejor que nadie que todo pasa por una razón, quizás por ello manipulo todo y a todos a mi antojo pero tranquilos se apreciar a aquellos que son leales sin buscar nada a cambio pero tampoco es que pueda confiar en alguien a la ligera, soy calculador y metódico, el lado más conveniente siempre será el mío y si no estás ahí estas en mi contra ¿Crees salir bien librado de ello? Toma tus precauciones y aléjate de mí o ven conmigo y entrégate a la obscuridad de una vida llena de placeres que ni en tus sueños más horridos pudiste haber conocido.
Reggan B. Stoker. Es un placer conocerlos.
Off: Lamento haber tardado tanto en publicar mi presentación que debió estar casi desde mi llegada pero tuve algunos problemas. Sin mas contratiempos, es un honor estar en Slytherin y poder formar parte de la mejor casa de Hogwarts.
-¡Ely… Elysian!- La menor se había quedado inmóvil, como absorbiendo todas sus palabras, intentando ser fuerte, ignorarlo y es que si alguien le hubiera dicho lo mismo, sin duda lo habría matado pero si hubiese sido alguien tan importante como ella lo era para él, estaría destrozado.
Lo más prudente era irse, alejarse y dejarla sola, para que lo odiara, para que se olvidará de lo que una vez tuvieron, de sus promesas, del amor que aun le profesaba pero que ya no podía ser.
Se alejo de ella soltando sus pequeños hombros que temblaron ligeramente.
Ahora mismo solo quería matar algo, hacer mucho daño, lastimarse. La lluvia llego para hacer frente a las lagrimas que poco a poco caían por sus mejillas, desde hacía cinco años no había llorado, ni una sola lagrima por nadie, desde que Jade se fue, cuando su familia se desvaneció, y ahora acababa de terminar con la única situación que lo había hecho enteramente feliz. Le rompió el corazón a quien confió en él, no merecía perdón ni misericordia, sus nudillos golpe a golpe se lo recordaban mientras la pared de su habitación poco a poco se teñía de sangre, hasta que el dolor era insoportable, entonces la magia hacía su trabajo, sanaba sus heridas solo para volver a comenzar, después del primer par de horas dejo de sentir dolor, eso le recordó todo lo que tuvo que pasar para dejar de tener tantas sensaciones físicas y emocionales comunes, tantos años reprimiéndose, era cuestión de tiempo para volver a ser así… O quizás no.
Solo un diente de león era lo que daba vida a la obscura y solitaria habitación en la que reinaba el silencio y la promesa de un futuro incierto. Reggan había tenido muchas visiones sobre Catherine anteriormente, había visto sus logros, sus problemas y momentos relevantes en su vida mucho antes de que ella imaginará que sucederían. Su “don” le permitía ser mas susceptible a los sentimientos de los demás y por lo tanto tener una sensibilidad mayor a la hora de tratarlos, lástima que su personalidad fuera tan egocéntrica y arrogante que esto nublaba su capacidad de pensar mas allá que en si mismo, eran pocas las personas realmente interesantes en su vida y aun mas pocas las que le importaban de verdad. Gracias a ello vivía recluido en si mismo aparentando no estarlo.
Sostenía la pequeña flor que había recogido en los días anteriores en los jardines que se mecía suavemente entre sus dedos y permanecía tan viva como el día en que fue arrancada del lugar que la mantuvo durante tanto tiempo, era muy extraño. Su visión de la vida se nublaba por su constante pensar de la muerte. Y ahora estaba aquí, en la sala común preguntándose qué sería del mañana.
Los días se volvían tediosos y aburridos, sin clases y sin ninguna de sus constantes actividades de diversión solo podía encontrar consuelo en dar paseos largos afuera y explorar el castillo, su lugar favorito era la biblioteca, había aprendido muchísimo sobre Hogwarts en las últimas semanas pero ahora, ahora solo quería regresar a su hogar. Salió de las mazmorras sin un rumbo fijo, solo quería caminar y perderse y no conocer el camino de vuelta, nunca regresar.
Su mirada permanecía fija en el suelo sin poner atención particular a nada o a nadie, los corredores solitarios a su paso eran presa de susurros por parte de los cuadros que le saludaban formalmente pero él no respondía, pasando de largo.
Hoy era un día típico en el que no pasaría nada interesante hasta que de pronto sintió un suave contacto seguido de un empujón que lo hizo trastabillar hacía atrás, alzó la mirada viendo a una jovencita que estaba de espaldas hacía él y que grito en el momento en que las escaleras comenzaron a moverse, estaba demasiado cerca y solo la sujeto de los hombros para evitar que lo empujara de nuevo y evitar que se callera en su temor por el movimiento que pronto se detuvo, ahí le quedo más que claro que era una nueva estudiante.
Una vez estables en un punto fijo retrocedió apartándose un poco- Una disculpa, no estaba prestando atención – Hizo una leve reverencia disculpándose con una mirada inexpresiva.
Estaba ahí, postrado frente a un paraíso en la tierra, de un momento a otro se encontró de cuclillas sobre el suelo admirando todo desde otra perspectiva hasta que la calma fue interrumpida y el soplar suave del viento se vio opacado por el dulce aroma y la hermosa presencia de una joven que lo hizo salir de su zona de confort.
Era un sueño de belleza en momentos de reflexión que lo tomo por sorpresa, no se dio cuenta de su llegada hasta notar que se alejaba de él. Era exquisita, un hermoso ser con piel de porcelana y ojos inexpresivos que llamaba a lo más profundo de su ser, el deseo y la impaciencia de conocerla se centraron en él, se puso de pie recobrando su elegante postura y como si se deslizara sobre la arena se dirigió hacia ella. Paso a su lado avanzando aun mas por enfrente antes de girarse mirándola con la intensidad de una mirada curiosa que escudriña algo por primera vez, examinándola. Era pequeña y lucía demasiado joven como para haber pasado de la mayoría de edad, se veía como un ser inocente, intocable, casi divino pero sus ojos y su falta de rasgos sensitivos alejarían a cualquiera que se atreviera a mirarla con detenimiento, pero por el contrario, esto aumento el interés del mayor quien dio un par de pasos delante acercándose un poco pero aun quedando a una distancia respetable. De cerca sus rasgos parecían tan intensos que creyó que el corazón se le saldría del pecho de lo fuerte y rápido que latía. Era tan pálida, como si los rayos del sol jamás hubieran acariciado su piel como él quería llegar a hacerlo. El delicado vestido de encaje pálido contrastaba dulcemente con su piel hecha de ilusiones y deseos prohibidos, resaltando su delicada figura. Un suspiro de satisfacción solo de contemplarla salió de entre sus labios antes de pronunciar una palabra rompiendo el mágico momento que aun permanecía, como si todo a su alrededor se hubiera detenido y solo estuviera este ángel frente a un demonio que estaba listo para hacer un pacto, de que le entregará su alma y fueran a los infiernos mas profundos buscando el placer: -Disculpe mi atrevimiento, pero no eh podido ignorar su presencia, es un placer presentarme frente a tan exquisita criatura. Hola, soy Reggan B. Stoker, acabo de llegar y creo que estoy algo perdido- Dijo con una sonrisa encantadora que resaltaba sus facciones, por el contrario seguía perdido en ella, su cabello elegantemente recogido con un moño, ondeaba al soplar del viento, sus hipnotizantes movimientos lo hicieron perder el aliento hasta que recordó donde estaba y salió de ello esperando una respuesta.
|| Privado || Primera parte || Mazmorras de Slytherin || ¿Puedo echar un vistazo a su corazón inalcanzable? ¿Qué es esta sensación? ¿Qué hago? || 17/09/2016 ||
||¿Puedo invitarle a conocernos mejor||
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Nunca había besado a nadie que tuviera una inocencia tan latente en los labios, a alguien que lo hiciera sentirse de esa manera, un placer espiritual, emocional e intelectual como ninguno, combinado con una satisfacción física que parecía irreal, tanto así que esa sensación permaneció aun después de que el joven Slytherin abrió los ojos seguía con esa deslumbrante sonrisa, idéntica a la de su sueño. En verdad esperaba que se tratara de algo más que eso, de una predicción, pero esto se veía muy distinto al tipo de visiones que acostumbraba tener, había sido el primer sueño hermoso que había tenido en su vida por primera vez en tanto tiempo pudo descansar plácidamente sin demonios que lo atormentaran de noche, por ello despertó mas radiante que de costumbre. Estaba de tan buen humor que se olvido de todas las preocupaciones que tenía en mente y solo se concentro en algo, mejor dicho, alguien.
Salto de la cama mientras inevitablemente todo a su alrededor se transformaba en algo maravilloso, aun estando dentro de las mazmorras podía ver el sol iluminando todo el lugar, podía escuchar el canto de las aves y sentir el aroma de las rosas envolver todo el ambiente, una calidez inundaba su pecho y podía sentir el rubor acariciar sus mejillas mientras redactaba aquellas palabras con tinta sobre el papel:
||Nota encantada + Mariposa que muere cuando acabas de leer||
Buen día señorita Lutz:
Espero no sea un infortunio recibir mi carta esta hermosa mañana pero debe saber que desde el día en que la conocí no eh podido sacarla de mi pensamiento, es un constante en mi día a día, es como si me atormentara de una manera tan dulce que podría morir ya mismo con una sonrisa solo de saber que tuve la dicha de conocer a tan esplendida jovencita, y es que usted ah superado todos mis ideales dejándolos arraigados a una vana ambición en el pasado. Yo nunca conocí el amor hasta que me perdí en sus preciosos ojos, en el dulce movimiento de tus labios, en el suave ondear de tu cabello al viento, y no, no es superficialidad, se que detrás de todo eso se encuentra una personalidad aun más maravillosa, solo pido una oportunidad para conocerla y permitirte conocerme ¿Es acaso una locura tomar este tipo de riesgos? Quizás, pero yo sería un completo demente a su lado si me lo permitiese.
Si acepta mis palabras al igual que mis sentimientos estaré encantado de volverla a ver, y aun si no lo hace nada me haría más feliz que poder contemplarla aunque sea desde mi pesar en la soledad, pero no pensemos en eso, si no en que estaré esta tarde en la biblioteca, en punto de las seis, ansioso, esperando…
¿Me recuerda tanto como yo a usted?
-Su devoto admirador- R.B.S.-
Era como si aquella joven hubiera vuelto el mundo un lugar hermoso y ahora comprendía que jamás admiro una belleza igual. Tantos años perdidos y ella había llegado a su vida para mostrarle de todo lo que se había perdido. Suspiraba y comenzó a tararear una canción que nunca había escuchado pero que iba perfecta con la situación, con el momento mágico que estaba viviendo, mientras se enlistaba para el gran día que le esperaba, desde la ducha hasta el vestidor, y de ahí al comedor cantaba sin contratiempos viendo todo con la magia que la señorita Lutz le había puesto a su vida.
♫ Song: Seventeen, NICE (VERY NICE) https://www.youtube.com/watch?v=6LWNQPUNVW4
~Yo solía necesitar el despertador por la mañana, así que ¿Por qué me estoy despertando tan fácilmente hoy? Quizás es porque tengo una cita hoy, incluso tuve un buen sueño anoche ~El clima de hoy se asemeja mucho a ti, la forma en que te conviertes en una flor ~Si puedo echar un vistazo a tu corazón inalcanzable ¿Qué es esta sensación? ¿Qué hago? ~Creo que eres la respuesta a todas mis preguntas
♫¡HOY ESTOY TAN GENIAL! ♫