Comparte tu sonrisa con quien la merezca, tu amor con quien lo valore, tus lágrimas con quien te acompañe y tu vida con quien te ame.
El corazón también se cansa de esperar, de callar y de intentar.
Cuando nadie te entiende, el silencio es la mejor solución.
Aprendí que la persona que más te ama es esa que sin decirlo, está a tu lado y lo demuestra sin esperar nada a cambio.
—Agarra el vaso y tíralo al suelo. —Listo. —¿Se rompió? —Sí. —Ahora pídele perdón. —Perdón. —¿Volvió a estar como antes? —No.
No te rindas, el principio es siempre la parte más difícil.
Sé humilde para admitir tus errores, inteligente para aprender de ellos y maduro para corregirlos.
No esperes a que se vaya la Luna para escribirme, a que salga el Sol para buscarme, y a que llegue alguien más para extrañarme.
Conócete, acéptate, supérate y sé feliz.
Recuerda: la tristeza no se llora, se supera.
No te compliques la vida, disfruta; no te quejes, aprende; no te enojes, sonríe.