Cuando nadie te entiende, el silencio es la mejor solución.
Madurar es cuidar lo que dices, respetar lo que escuchas y meditar lo que callas.
Recuerda: la tristeza no se llora, se supera.
Deja de amargarte, eso no te lleva a ningún lado. ¿No te quiere? Busca a otra persona. ¿Hace frío? Arrópate. ¿Llueve? Sal y mójate.
Quédate con quien te dedique canciones, te mande mensajes por la noche, te diga que te quiere y se trague su orgullo, vale la pena.
Ama a quien te cumple, no a quien te ilusiona.
Recuerden: el perdón no se le niega a nadie, pero la confianza nunca se recupera.
Toda mujer merece un hombre que la mire todos los días como la primera vez que la vio.