Acepta los cambios, siempre hay algo que aprender.
Hay tres cosas que destruyen a una persona: el vicio, el orgullo y el enojo.
Quédate con quien te dedique canciones, te mande mensajes por la noche, te diga que te quiere y se trague su orgullo, vale la pena.
El amor le dijo al odio: "¿por qué me odias tanto?" Y el odio le contestó: "porque alguna vez te amé demasiado".
Nada peor qué tener que decirle adiós a alguien que sabes jamás podrás olvidar.
Sé humilde para admitir tus errores, inteligente para aprender de ellos y maduro para corregirlos.
—Agarra el vaso y tíralo al suelo. —Listo. —¿Se rompió? —Sí. —Ahora pídele perdón. —Perdón. —¿Volvió a estar como antes? —No.
Para que una herida sane hay que dejar de tocarla.
Renunciar no siempre significa ser débil, también significa que eres lo suficientemente fuerte como para aceptar lo que no puede ser.
No hagas de alguien una prioridad tuya, cuando solo eres una opción para esa persona... dale prioridad a tu vida.