Para interpretarme y formularme necesito nuevas señales y articulaciones nuevas en formas que se localicen más acá y más allá de mi historia humana. Transfiguro la realidad y entonces otra realidad soñadora y noctámbula me crea.
Lo propio de la intuición artística es, de tal suerte, una invención o descubrimiento de los ritmos que apartándose de la mecánica corriente, y aún de los propósitos de la voluntad ordinaria, se lanzan a la conquista de lo Absoluto.
La ciencia descubre las leyes de los movimientos de lo concreto y relativo. La estética busca el ritmo de la finalidad definitiva que lleva cosas y seres a reencarnar en lo divino.
Ulises criollo. José Vasconcelos
«El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El dios se llama Abraxas.>>
Demian. Herman Hesse
Si no tenemos la profundidad, ¿cómo tenemos la altura? Mas vosotros teméis la profundidad y no queréis admitir que le teméis. No obstante, es bueno que temáis, decid en voz alta que teméis. Es sabiduría temer. Sólo los héroes dicen que carecen de temor. Sin embargo, sabéis lo que le sucede al héroe.
Esta mañana, antes del alba, subí a una colina y contemplé el cielo poblado de estrellas, y le dije a mi espíritu: Cuando abarquemos esos mundos y el goce y conocimiento que ellos encierran, ¿estaremos por fin llenos y satisfechos?
Y mi espíritu dijo: No, alcanzamos esa altura para continuar y seguir adelante.
Me preguntas tú también y yo te escucho; contesto que no te puedo contestar . . . tú mismo debes encontrar la respuesta.
Hojas de hierba, Walt Whitman
Respecto a la duda: puede convertírsele en una buena cualidad si la educa. La duda ha de llegar a ser sabia, ha de convertirse en crítica. Pregúntele, siempre que quiera echarle algo a perder, pregúntele porqué es fea aquella cosa; pídale pruebas, sométala a examen y quizá la encuentre perpleja y desconcertada, quizá también irritada. Pero usted no ceda, exija argumentos. Compórtese atenta y consecuentemente en todas las ocasiones; y llegará el día en que el destructor se convertirá en uno de sus mejores trabajadores, tal vez en el más inteligente de todos los que le edifican la vida.
Estoy dentro de los grandes sueños de la noche; porque el ahora-ya es de noche. Y canto al paso del tiempo; todavía soy la reina de los medas y de los persas y soy también mi lenta evolución que se lanza como un puente levadizo hacia un futuro cuyas nieblas blanquecinas ya respiro hoy. Mi aura es el misterio de la vida. Yo me sobrepaso abdicando de mí y entonces soy el mundo: sigo la voz del mundo; yo misma de repente con voz única.
En el jeroglífico fieramente retozón ma(caballo) ya resulta imposible reconocer los rasgos del caballito parado patéticamente en sus patas traseras, de acuerdo con el estilo de escritura de Tsáng Chieh, tan conocido gracias a los bronces de la antigua China. Pero que descanse en paz este caballito, junto con otros 607 símbolos h´siang cheng restantes, la más antigua categoría sobreviviente de jeroglíficos. El verdadero interés comienza con la segunda categoría de jeroglíficos: los huei-i, es decir, los "copulativos". El hecho es que la copulación (tal vez sería mejor decir la combinación) de dos jeroglíficos de la serie más simple habrá de ser considerada no como su suma, sino como su producto, es decir, como un valor de otra dimensión, de otro grado; cada uno, separadamente, corresponde a un objeto, a un hecho, pero su combinación corresponde a un concepto, De jeroglíficos separados que han sido fundidos proviene el ideograma. De la combinación de dos "representables" se logra la representación de algo graficamente irrepresentable.
La forma del cine (Del teatro al cine). Sergei Eisenstein
¿Qué más podría agregar? Creo haber puesto énfasis donde lo merecía. Para terminar, sólo querría aconsejarle todavía que vaya creciendo sereno y grave a través de su evolución. Usted sólo la entorpecería violentamente dirigiendo su mirada al exterior, y esperando de fuera las respuestas a preguntas que únicamente su sentimiento más íntimo, en el instante más callado, sabrá posiblemente darle.
AUN CUANDO el mundo entero, borracho de crueldades, a proclamar llegara el culto de la fuerza, la destrucción del débil, el aniquilamiento de todos los pequeños, tú, poeta, en el fuero de tu conciencia libre; tú, en el humilde campo de tu acción, de tu vida, ¡sé misericordioso! ¡Sé cordial, sonriente, humano, siempre humano!
Sé que me han acusado de querer destruir las instituciones, pero la verdad es que no estoy ni a favor ni en contra de las instituciones (¿qué tengo yo que ver con ellas, o con su destrucción?). Sólo quiero establecer en Mannahatta y en todas las ciudades de estos Estados, interiores o costeras, y en los campos y bosques, y en todas las embarcaciones, grandes o pequeñas, que surquen el agua, sin edificios, reglas, administradores ni disputas, la institución del amor de los camaradas.