Por otra parte, mi acción en aquel Ateneo, igual que en círculos semejantes, fue siempre mediocre. Lo que yo creía tener dentro no era para ser leído en cenáculos; casi ni para ser escrito. Cada intento de escribir me producía decepción y enojo. Se me embrollaba todo por falta de estilo, decía yo; en realidad, por falta de claridad en mi propia concepción. Además, no tenía prisa de escribir; antes de hacerlo me faltaba mucho que leer, mucho que pensar, mucho que vivir. Algunos de mis colegas lo comprendían y afirmaban su esperanza en lo que al cabo haría. No faltó, sin embargo, el «literato» precoz y más tarde fallido que me dijese como negándome el derecho de ateneísta: —Bueno, y tú ¿qué escribes, qué haces? Le respondí, deliberadamente enigmático y pedante:
-Yo, pienso
Ulises Criollo, José Vasconcelos
Miento, pero uso verdades para hacerlo.
De la obra "Y Lázaro andó". Escrita y dirigida por Adam Guevara
Así, mi distinguido amigo, no tengo para usted otro consejo que éste: Intérnese en sí mismo y sondee las profundidades donde su vida tiene origen. Es ahí donde encontrará la respuesta a la pregunta de si "debe" crear. De esta respuesta recoja el sonido sin forzar el significado. Quizá se haga obvio que el arte os llama. Entonces, acepte tal destino, y sopórtelo, con su carga y su grandeza, sin exigir jamás recompensa que pudiera venir del exterior. Pues el creador debe ser todo un universo para sí mismo, y hallar todo en sí y en el fragmento de la naturaleza a que se ha adherido.
A lo mejor algo nos parece bello porque nos recuerda el placer de una experiencia anterior; entonces experimentamos lo útil como placentero. La experiencia de la belleza permanece, mientras que la conciencia de la utilidad desaparece.
Del libro "Diseño de la información" de Paul Mijksenaar.
Diras quizas que estoy loco o que me falta un sentido pero por besar tu boca el corazón he perdido Yo no vengo a que me quieras ni a cantarte una cancion solo vengo a reclamarte que me des mi corazon El corazon de una noche muy confiado te entregue y sin ver que lo enganabas en tus manos lo deje Ya veo que me lo devuelves pero yo te lo di entero en pedazos no lo quiero te puedes quedar con él.
Fragmento de la canción Devuelveme el corazón de Emma Elena Valdelamar.
¿En qué embriaguez, bogaban tus pupilas, para que pudiesen así, narcotizarlo todo?
Ramón López Velarde
Givochini, el famoso comediante del tearo malii, fue obligado en una ocasión a sustituir a última hora al popular bajo moscovita, Lavrov, en la ópera The amorous Bayderka. Pero Givochini no tenía buena voz. Sus amigo sacudieron la cabeza simpatizando con él: "Cómo vas a cantar el papel, Vasili Ignatyevich?" Givochini no se mostraba desanimado. Con expresión feliz, dijo: "Las notas que no alcance con la voz, las mostraré con las manos"
La forma del cine (Del teatro al cine). Sergei Eisenstein
AUN CUANDO el mundo entero, borracho de crueldades, a proclamar llegara el culto de la fuerza, la destrucción del débil, el aniquilamiento de todos los pequeños, tú, poeta, en el fuero de tu conciencia libre; tú, en el humilde campo de tu acción, de tu vida, ¡sé misericordioso! ¡Sé cordial, sonriente, humano, siempre humano!
Dícese que algunas parteras pretenden dar mejor configuración a la cabeza de los niños recién nacidos, apretándosela, y se los permiten!
Del libro "Emilio o la educación" de Rosseau
Un día va a haber una revolución y espero vivirla, apúntenme!
Un taxista me lo dijo hace ya un rato
Vida, luz y verdad, tal triple llama produce la interior llama infinita. El Arte puro como Cristo exclama: Ego sum lux et veritas et vita!
Y la vida es misterio, la luz ciega y la verdad inaccesible asombra; la adusta perfección jamás se entrega, y el secreto ideal duerme en la sombra.
Rubén Darío