Joe Peterson Leto Atreides II The God Emperor
“Mi soledad no depende de la presencia o ausencia de gente… odio a quien roba mi soledad sin, a cambio, ofrecerme verdadera compañía.”
— Friedrich Nietzsche , Así habló Zaratustra.
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Overbot Malleus reminds me of this Houseki no Kuni frame
Que linda mi waifu :3
Tú y nada más.
A scroll-style illustration completed for LoTM 4th Epoch Fanwork Challenge in 2020 Ghost Festival.
Muchos son los llamados pero pocos los elegidos. Aunque esta frase debe leerse así: “Muchos son los elegidos pero pocos son los que quieren escuchar”. Dado esto, nos encontramos de inmediato con un muro, hay muchos que no desean escuchar, no les interesa, y también hay muchos que desean escuchar pero son sordos. La humanidad se encuentra entre dos muros, uno es ser Dios, unirse a Dios, fundirse con Dios, y por otro lado están los que buscan a Dios.
Primero definamos qué es Dios. Dios es lo indefinible, es lo incapturable, incluso ni siquiera es lo indefinible, no es lo incapturable, si decimos que Dios es lo indefinible ya lo estamos definiendo y eso no es Dios sino una mera intelectualización. Él no se define a sí mismo, Él es. Él dice - Yo soy el que soy. Cuando surge “Yo soy” ¿a qué Yo se está refiriendo? Alguien que no tiene cuerpo, que no está, dice “Yo”. Para autodefinirse lo primero que dice es “Yo”. Pues bien, ese yo no es personal, “Yo soy” no se refiere a sí mismo, incluso “Yo soy” no refiere a nadie. Y ese es Dios, es Yo soy sin la existencia de un Yo.
Jesús era Dios, Buda era Dios, Krishnamurti era Dios y todos los grandes Maestros eran Dios, son Dios. Dios es consciencia no humana, es el amor no humano, es la compasión no humana, es la humildad no humana y Jesús, Buda, Krishnamurti se conviertieron en eso, en amor, en compasión, en consciencia, en humildad, ellos eran amor, no es que tienían amor, ellos eran amor, no es que tenían consciencia, ellos eran la consciencia. Eso es ser Dios y Dios está en todas partes. No el Dios religioso o el espiritual o metafísico ni el filosófico surgido del intelecto, sino “Yo soy el que soy”. Ellos, los grandes Maestros, no buscaban a Dios, no seguían doctrínas.
Tú no eres Dios. Tú buscas a Dios, tú tratas de convertirte en Dios, buscas llegar a Él, tú buscas ser aceptado en su reino o cuando menos afirmas que Dios no existe, o ya de poco, ni siquiera te preguntas si existe o no, no te interesa. Tú buscas a Dios; o te abstraes de Dios negándolo o afirmándolo, que es exactamente lo mismo, ambas son dualidad.
En su poema “Los amorosos”, Jaime Sabines afirma: - Los amorosos buscan, no encuentran, buscan. Y tú eres el amoroso, el amoroso enamorado de Dios, el amoroso divorciado de Dios, el amoroso negando a Dios, el amoroso afirmando a Dios, el amoroso aceptando a Dios. Por eso no eres Dios.
Si buscas a Dios no puedes ser Dios, y si eres Dios entonces no hay necesidad de buscar a Dios. No puedes tener las dos al mismo tiempo, si eliges buscarlo, no eres, y si eliges ser, no lo buscas. O tienes una o tienes la otra, pero no las dos.
Los relogiosos no son Dios, ellos buscan, los Clérigos, los Sacerdotes, los Papas, no son Dios, ni siquiera son el representante de Dios en la Tierra, Dios no necesita un representante. Ellos buscan, ellos siguen. Siguen la palabra de Dios, siguen las Escrituras, o el Corán, o a Buda o a Jesús. Siguen, siguen esto o aquello, buscan esto o aquello, son seguidores, son buscadores.
Entonces ¿cómo ser Dios? Si quieres ser Dios, primero debes tomar consciencia de que tú ya eres Dios. Eso es a nivel terrenal, a nivle humano pero es indispensable. Segundo, ser Dios es fundirse al amor puro, a la humildad pura, a la consciencia pura y para eso deberás despojarte de tu “Yo” y de tu creencia que tengas de ti, si te crees indispensable o alguien que no vale nada es completamente indistinto, es irrelevante qué o quién imagines que eres. Lo que tú crees que eres o mereces no le importa a nadie, lo que tú piensas que eres sólo te importa a ti. Ser Dios es despojarse de la apariencia, de la ilusión, es despojarse del “Yo”.
Pasarás de seguir a Jesús o a Buda o a Krishnamurti o a Confucio para ser amor, ser humildad, ser consciencia. No es tener amor, no es tener humildad, es ser eso. Quien es, no busca.
A eso se lo llama burdamente iluminación, nirvana, liberación. Pero eso no es Dios, recuerda que no se trata del Dios religioso, espiritual o metáfisico, mucho menos el intelectual, el producido por el intelecto. Quien se ilumina pierde el rumbo. Buda nunca dijo “ya estoy iluminado” o “yo soy iluminado”, tampoco lo dijo Jesús ni Krishnamurti ni ningún otro, ellos sabían que iluminarse, estar iluminado es perfer el rumbo. Sólo el ego se ilumina.
Dios no tiene necesidad de iluminarse, ni de encontrar o ser el Nirvana, no busca ni es la liberación, Dios es “Yo soy el que soy”. Dios no dice “Soy el que está iluminado”, tampoco nos dice “yo soy/estoy liberado”. Él dice - Yo soy el que soy.
Si eliges buscar el reino de Dios o buscar ser Dios, pasarán mil vidas y no te habrás acercado a Él ni un sólo milímetro. Si te conviertes en el amoroso que busca, estás condenado, estás condenado a buscar y buscar, vivir y vivir, a buscar la iluminación, o la liberación, esa es tu condena. En cambio, si eliges ser, entonces habrás descubierto lo que hay debajo del velo que ningún mortal ha podido descubrir.
Psicologia de Alta Consciencia