Ira

“Te odio.” Eso es lo único que me hace sentir durante ese momento lleno de emoción contraproducente. Esa emoción que llena de calor tu ser, que confunde tu razón y estrangula tu sentido. Solo sé que te tengo el mismo sentimiento, desdichada ira. Eres quien no necesito en mi vida, pero que sin ti no podría atreverme a hacer lo que la valentía se opone a decir.

Mírate, Carla

Mírate. Tan apagada como siempre, Carla.

¿Qué es lo que profana tu “alegre” tarde? ¿Acaso no ves el resplandor del sol ocultándose por Mercaderes? ¿Acaso no puedes ver lo hermoso que te estás perdiendo solo por ponerte a pensar en cosas vanas? Mírate, el dolor no es ajeno pero yo no puedo sentir lo mismo que tú. La vida ya es tan aburrida como para que la sigas aburriendo más, la pobre terminará suicidándose por tus ataques de locura. Mírame, ¿No ves que me preocupa? ¿No ves que luego de tanto tiempo, no puedes confiar en mí? ¿No ves que la confianza es eso, confianza?

Yo sé que no se puede confiar en la gente cuando ya has tenido una decepción, pero eso es lo hermoso de la palabra: Confiar. Mejor es arrepentirse de lo hecho a arrepentirse de NO haberlo hecho. Recuerda a la estimada Chuchi: Vive la vida y no dejes que la vida te viva.

Siéntate, te pediré tu chocolate caliente; sí, con caramelo. Esta vez lo pago yo.

Yo

Es difícil, lo sé. Esperas que esa persona te corresponda en algo que tú ni siquiera te atreves a hacer. Tu falta de confianza posiblemente recaiga como culpable o simplemente la resignación te carcome. Porque es algo que ves imposible pero deseas profundamente con todo tu ser.