Miérc., 02 De Dic. De 2020

Miérc., 02 de dic. de 2020

Una vez, Eloise me preguntó, con cierta discreción, qué se sentía estar enamorado. Yo la acababa de conocer cuando me enamoré perdidamente de su mirada. Por unos minutos, sin dejar de mirarla, pensé que había sido yo quien había distorsionado e impuesto los hechos, el momento y la pregunta. Desde un inicio no me cuadraba nada. Me dije que quizá había sido una simulación de mis deseos y todavía me era posible disimular todo el furor que había causado en mí. Así que, me precipité al silencio y le conté del amor que sentía por mis abuelos, de lo inmensamente feliz  que me hacía pensar en ellos. Mis abuelos se habían enamorado casi instantáneamente. Al menos eso es lo que mi abuela le contó a mi madre, y lo que esta me cuenta a mí cada que nos ponemos sentimentales y nos echamos de valientes a los recuerdos. Convení en ya no tratar de responder una pregunta de múltiple implicancia, puesto que había pensado en lo que amo a manera de respuesta desde un inicio. ¡La pureza de su alma me sobrecoge tanto!, su amor no es una incógnita en el mundo. Recuerdo que me importó tan poco que ella no me quisiera. Recuerdo que tomé de la mano a la imaginación y a la pregunta dejando en libertad mis sentimientos. Y cual pétalo que va quedando impreso poco a poco en el papel, con toda esa verdad, que siempre lleva puesta por mirada, va implantando y susurrando un yo también como huella en mi corazón. Desde entonces, mi corazón no ha dejado de arder ni un solo instante.

More Posts from Hoja29 and Others

7 months ago

Tres: no puede ser coincidencia 

Juev., 7 de nov.de 2024 

00:43 a. m.   

Se abrieron las puertas de mi pequeño infierno y ¿empecé? a amarte a través de todas las mujeres del mundo. Ya lo que no puedo escribir(te) lo lloro… 

Mi amor, verbalizo mis lágrimas porque no entiendo lo que dicen, pero hoy parecen sonreír. 

Otra noche en la que me rindo y cuelgo mi corazón en el perchero para que lo notes, pero no estás. Mañana será otro día. Todo continuará como siempre menos como n o s o t r a s. He aceptado esa realidad haciéndome cada vez más borrosa en esta; y tú… , que siempre encuentras el arcoíris y sonríes, estás bañada de una tenue dulzura mientras educas al mundo. 

Tú no lo escuchas porque es absurdo, pero puede que mañana ya no sea otro día. ¿Cómo terminé acá otra vez?  Qué haces asomándote sobre mi corazón e incendiando mi noche. 

No entiendo las palabras de este mundo. Tres flechas impactaron en mi sangre y una sola envenenó mi corazón con ternura. No hay afán. Escucho tu voz. Llama mi sangre. Pero es porque estoy enferma. Tres: no puede ser coincidencia.

9 years ago

Hay quienes dicen, que por cada mal entendido violento y derramamiento de sangre en la Tierra, un trozo de cielo se agrieta, y es el llanto de los niños la prueba…

ALBERTO B. (via escandalos-textuales)

Escribí esto hace unas semanas, qué curioso que hoy tenga tanto sentido… No sólo París, #PrayForTheWorld

(via escandalos-textuales)

6 years ago

Ahora, no es más que un sueño que nunca protegió (…)

5 years ago

EPIFANÍAS

Ocurrió cuando menos lo esperaba...

A finales de una tarde de invierno. La nieve se derretía. Unos días antes de dejar de salir completamente del sótano. Caminaba cada vez más lento, miraba las casas, las calles vacías del domingo, enero...Me di cuenta, por primera vez con tanta claridad (la claridad del aire de enero), de que aquello que queda al final no son los momentos excepcionales, tampoco los acontecimientos, sino precisamente los momentos en que no pasa nada. Tiempo liberado de su pretensión de excepcionalidad. Recuerdos de tardes en las que nada ha ocurrido. Nada, salvo la vida en toda su plenitud. El olor sutil a humo de leña, las gotas, la sensación de soledad, el silencio, el crujir de la nieve bajo los pies, la vaga desazón cuando cae el crepúsculo, lenta e irreversiblemente.

Ya lo sé. No quiero revivir de nuevo ninguno de los llamados acontecimientos de mi propia vida, ni aquel primero de mi nacimiento, ni el postrero que me aguarda por delante; son ambos igual de incómodos. Igual que lo son todas las llegadas y despedidas. Tampoco quiero revivir de nuevo mi primer día de cole, ni mi torpísimo primer polvo, ni mi llegada a la mili, ni mi primer día de trabajo, ni mi petulante bodorrio, ni...Ninguno de esos recuerdos me aportaría alegría. Los cambio todos, junto con los montones de fotos que los acompañan, por aquella tarde en la que estoy sentado en los escalones calientes a la puerta de casa, me acabo de despertar de la siesta, oigo el zumbido de las moscas, he vuelto a soñar con aquella chica que nunca se da la vuelta. Mi abuelo arrastra la manguera al jardín y el pesado olor a flores tardías asciende hacia los cielos. Nada es definitivo, nada ha sucedido aún. Tengo todo el tiempo del mundo por delante.

Lo insignificante y lo pequeño, ahí es donde está agazapada la vida, ahí es donde anida. Son curiosas las cosas que quedan brillando al final, el último resplandor antes de la oscuridad. Ni las más importantes ni..., uno no puede anotarlas o contarlas siquiera. El cielo del recuerdo se abre para aquel minuto del crepúsculo de un día de invierno en una ciudad lejana: tengo dieciocho años y de milagro me he quedado solo por un par de minutos, atravieso el enorme patio de armas del cuartel. (...)

Y bien, aquel momento en el que me quedé solo en el enorme patio de armas bajo un cielo vacío, en medio del aire frío impregnado del primer olor a invierno, a humo de leña y carbón que se desliza a hurtadillas desde el pueblo cercano, crepúsculo y premonición, por primera vez solo, por primera vez en otra parte, un leve frío, nubes frías. Y precisamente ese encuentro entre la desesperanza y la premonición (el año de la mili acababa de empezar), mezcladas con un cielo infinito, ajeno y hermoso, hermoso de manera ajena, hizo que ese minuto pareciera eterno. Ya sabía yo que no sería capaz de contarlo.

Evidentemente, puedo enumerar más camellos dorados como ese en la caravana infinita de los minutos. Tres o cuatro, como mucho. Pero intentaré relatar tan solo uno más. Final del verano, estoy frente a mi casa, el ocaso es infinito en la llanura, tengo seis años, las vacas regresan por el camino, primero se oyen sus cencerros lentos, los gritos del pastor, los mugidos que anuncian a sus crías que por fin regresan, el llanto en respuesta de los terneros...Sí, es un llanto, lo sabía incluso entonces. Igual que el llanto que brota de mí al instante cuando mi madre regresa de la ciudad para verme el fin de semana. Jamás el alivio y la acusación han estado tan cerca uno del otro como en ese llanto. Tan cerca como el llanto de los terneros y el llanto de los niños cuando se los abandona durante el día o durante unas semanas. (...)

En ese minuto (el recuerdo sigue igual de nítido), en ese minuto tupido de sonidos, vacas y olores, todo desaparece de repente, una grieta resquebraja el horizonte en su punto más remoto, el tiempo se retira y allí, en el fondo del ocaso, aparece un cuarto blanco de techos altos como jamás he visto, con una araña de luces y un piano. Y frente al piano está sentada una chica de mi edad a la que veo solo de espaldas. Tiene el pelo claro, recogido en una coleta, se dispone a tocar, tiene los brazos ligeramente alzados, veo sus codos afilados...Y ya está.

Nunca he sido más feliz, nunca me he sentido más completo y tranquilo que en aquel minuto sentado sobre la losa caliente a finales de mi sexto verano. (...) Me prometí en aquel momento que encontraría a esa chica. La busqué en todas partes, en todos los años que atravesé. Ninguna resultó tener su rostro. Siento que con el tiempo empiezo a rendirme. Me acostumbro. Ser viejo consiste en acostumbrarse.

• Gueorgui Gospodínov, "Física de la tristeza"

Fulgencio Pimentel. Trad: María Vútova y Andrés Barba


Tags
3 years ago

Dom., 12 de jun. de 2022

El mismo hemisferio, pero en ti siempre hay primavera. (Tú siempre primavera).

2 years ago
hoja29 - ®| Hoja29
1 year ago

Nadie jamás fue antídoto y veneno, hasta que conocí el peso de su ausencia.

7 months ago

Aún respiro

Mar., 5 de nov. de 2024 

2:35 a. m.  

Te quiero. Sí, Te quiero. Absurdamente. —Desfallecida ya—. 

Ha decidido levantarse la muerte en rebelión ante el áspid de un olvido que no me deja morir. Y yo solo he sabido decir “te quiero” en un idioma que solo entienden aquellos que fueron enterrados en vida.  

¿Alguna vez...? 

Me construiste para luego protegerte de mí, y desconocer mi cariño. ¿Por qué viniste por mí y no me arrebataste, de los labios, tu olvido? Qué hago yo renegando de mi cariño está noche si lo que aprendí a mirar cada día fue...  

(tus tres nombres) 

Sufro de paranoia, porque me hicieron a imagen y semejanza de un dios que no existe.  

Yo misma me negué tres veces. 

¿Qué esperas de mí ahora? 

¿Dónde coloco tus flores?  

¿Dónde lloro tu nombre? 

¿Dónde beso tu olvido? 

2 years ago
Elvira Sastre, Baluarte

Elvira Sastre, Baluarte


Tags
2 years ago
Eloise, El Cielo: Ese Otro Rimar Del Corazón.
Eloise, El Cielo: Ese Otro Rimar Del Corazón.
Eloise, El Cielo: Ese Otro Rimar Del Corazón.

Eloise, el cielo: ese otro rimar del corazón.

  • subliemefictie
    subliemefictie liked this · 2 years ago
  • danielac1world
    danielac1world liked this · 4 years ago
  • hoja29
    hoja29 reblogged this · 4 years ago
hoja29 - ®| Hoja29
®| Hoja29

Sueños absurdos en borrador

242 posts

Explore Tumblr Blog
Search Through Tumblr Tags