Miércoles, 12 Agosto de 2020
12:01 a. m.
Me pregunto qué te hace inolvidable, qué te convierte en parte del sentimiento inexacto y rebuscado del amor. He viajado entre el camino inusitado del recordarte, tan solo con sentir un escalofrío recorriendo cada una de las fibras del tiempo, ese resonar del tiempo que se traduce entre tu vida y la mía(); como el rollo sin guion de una película abandonada a las flores y al paisaje, ¿habrás recibido el pensamiento mío alguna vez?- me pregunto-cada vez que al corazón se le da por ser el cartero personal de la imaginación y a mí me llueve el viaje.
La única forma de volver es regresar sin haberse ido. Regresar de no pensar, regresar de no ser, regresar de soñar, regresar de los ojos cerrados. Y también de los ojos abiertos.
Roberto Juarroz (via exnoctambulo)
“Hay un niño dentro que convive contigo, tú no puedes llorar porque has aprendido, pero ese pequeño jamás aprende, porque siempre se aprehende de los sueños y vive más con el corazón que tú con los desaciertos que has tenido. A él nadie lo consuela, pero llega un momento donde su llanto es incontrolable y tú no puedes hacer nada para callarlo. Es la voz frágil que mora con la inocencia…”
— Firthunands
01 de enero de 2020
Eres viento que baja de la montaña y fecunda mi corazón en invierno. Fuiste el grito que abrió mi garganta sin ninguna saña ni propósito, fuiste dolor y fiebre desencadenada; pregunta de siempre sin contestar. ¿Y si te contesto? ¿Dolerías menos? Es que a veces me acuerdo y sucede esto que te estoy contando con tanto cariño, y me revuelve los sesos, y el alma me llora escondida mirándome desde las faldas del corazón.()Entonces, todo impacto del pensamiento en la memoria cambia de dirección. Y los vientos soplan todas las palabras como acariciando el recuerdo de todos estos años. Y la misma pregunta incógnita resurge como invitándome a descubrir, otra vez, lo más sagrado del universo. Si te contara las veces que casi lo descubro, las veces que he pensado que lo había descubierto... ¿Y si me lo contaras tú, si me ahorraras este tiempo lleno de esas cavilaciones que eres tú? Cada cúmulo de estrellas que observe siempre será como un pequeño caos de preguntas revoloteando en mi pequeño corazón.
Olvidado el detallado análisis, común al procedimiento de culpabilidad, homogéneo a los años que observan el propio infortunio de lo que ninguno atiende. Todo se disuelve hasta caer turbado, a fuerza de persuasiones, sobre la cabecera del año 55. Y nada es y nada vuelve a ser.
Miérc., 23 de dic. de 2020
El pensamiento es libre cuando dejas de analizar la manera en la que se deberían decir las cosas, dejando a las palabras ser como plumas, pinceles, pianos, caricias, aves, flores, vientos o islas (…) Al final la vida es mucho más bonita cuando damos amor, cuando fluye nuestro universo y con él los sentimientos.
Mar., 22 de dic. de 2020
Mi corazón es un niño entusiasmado con los fondos abisales del océano, donde la luz viaja más lento que el descenso de los ángeles en el cielo. Me he reído un poco con esto último que te acabo de contar porque no tiene ningún sentido (…) Por último, lo que te quiero debe tener hilos encantados que vienen de tus dulces ojos, lo que te quiero es visitante en tus dulces ojos, lo que te quiero es la fisura en la eterna expansión de nuestros universos. Te admiro, soy tu fan, no sabría decirte el número porque hace mucho que dejé de contar.
Hay quienes dicen, que por cada mal entendido violento y derramamiento de sangre en la Tierra, un trozo de cielo se agrieta, y es el llanto de los niños la prueba…
ALBERTO B. (via escandalos-textuales)
Escribí esto hace unas semanas, qué curioso que hoy tenga tanto sentido… No sólo París, #PrayForTheWorld
(via escandalos-textuales)
Vier., 21 de oct. de 2022
Tu boca pronuncia, se mete en mi pecho, me parte, me cuida, pero no hiere. Se desliza(), sin permiso, como un pequeño nudo o un precioso agobio. Incluso, si el amor es un espejismo, eres esa costumbre que no puedo arrancarme del corazón de un solo suspiro; si es que yo no soy para tanto y tú eres para todo. Tanto que olvido la dirección del tiempo entre las calles y doy vueltas() esperando encontrar lo que nunca quiso ser encontrado, pero, aun así, no se resiste. Tú boca pronuncia, tan real y pura, la totalidad de tu sonrisa y a mí me devoran los latidos. Algún día, un fatídico fallo cardíaco detendrá mi corazón, pero tú, tú seguirás acá, a un ladito del alma, latiéndome…, y siendo tan inmortal como el mismísimo tiempo.
Gian Franco Huacache