Me gusta este dibujo q hice del quackiris:(
hi! paraphrased but I bring you the main points from quackity's recent stream:
The administrative team that "has caused harmed" has been fired.
After that he started an analysis of the server's finances.
The server will have to slow down in rythm.
There are no longer volunteer positions and no update accounts. He wants to reintegrate people as time passes and if the finances allow it.
Now CCs will have full control of their stories and lore
The new forms of gameplay will be more relaxed, they are checking the competitive parts of the server.
He asked us to expect official announcements on the situation. Because there is a lot of "incomplete" information going around.
Tomorrow there is a welcome for the rest of the korean ccs joining the server. (9 am México time)
These are the bulletpoints, the rest was repeating that he is commited to changing and fixing things and will continue with communication and work as this re-structuring is a process.
| Conversación de Cellbit y Pepito.
. . . .‿‿‿๑❀๑‿‿‿ . . . .
—¿Mmm? ¿Si soy feliz?
Pepito dio una deslumbrante sonrisa y asintió energéticamente, con el conejo blanco de peluche agarrado en un brazo, se levantó con sus cortas piernas y corrió hacia Cellbit, tomó su mano en un fuerte apretón y miró hacia arriba.
—Soy feliz porque conocí a todos mis apas y ama. Apa Roier volvió feliz como lo deseé y te conocí, apa Cellbit.
Cellbit con la cabeza agachada, se obligó a darle una sonrisa, en su cabeza se grabó aquella imagen; un Pepito chiquito, agarrándolo fuertemente, pero perdiéndose entre su enorme mano, sus ojos a través de los lentes brillaban al observarlo con mucha ilusión ante la vida y aquella tierna sonrisa le hacía doler el corazón porque temía que un día fuera borrada, que fuera borrada esa dulce inocencia que poseía.
Su corazón se calentaba cada vez que hablaba con Pepito porque todavía era un niño que miraba el mundo con ingenuidad e inocencia. Y siempre que lo miraba, se preguntaba sí él fue así alguna vez.
Había tanta sangre derramada en sus manos, que incluso su mente fue ensuciada, las memorias de su niñez estaban tintadas de rojos que era difícil siquiera extraer algún momento vívido.
Sólo podía dejarse guiar por la imaginación con el libro que adquirió sobre su infancia.
Capitán...
—¿De verdad eres feliz, Pepito? —inquirió nuevamente, como si quisiera que se lo confirmaran una y otra vez.
Pepito ladeó la cabeza y parpadeó con confusión, pero volvió a sonreír, a él no le importaba repetir hasta que su apa entendiera lo que quería decir. Mucho menos cuando verdaderamente era feliz de tener a su familia junta.
—¡Lo soy, apa! —gritó eufórico y mostró todos sus dientes.
Pero esa confirmación le dolió en lo profundo de su corazón, le invadieron las ganas de llorar, pero se contuvo, se arrodilló y atrajo a Pepito en un cálido abrazo, Cellbit lo cubría completamente, y Pepito gustoso lo abrazó fuertemente cerrando sus ojitos.
Amaba los abrazos.
—Que seas muy feliz, Pepito, por siempre —susurró.
Pepito se rió dulcemente y asintió.
—Tú también, apa. Seremos muy felices, mucho más porque tenemos a nito Richas.
Cellbit lo abrazó más, teniendo cuidado de no lastimarlo.
—Sí... lo seremos —murmuró distraído, porque justamente a la distancia venían Roier y Richas conversando animadamente.
—¡Pai! —gritó Richarlyson nada más verlos.
Y eso fue como un gatillo para Pepito, él se alejó del abrazo oso de Cellbit y se giró hacia la voz de Richarlyson, sonrió mucho más y corrió a su encuentro.
—¡Apa! ¡Nito!
Y Cellbit aún arrodillado, contempló la escena de sus ahora tres tesoros de su vida.
Sin embargo, lo que debía ser una escena feliz, para él no lo era.
Su semblante estaba serio cuando sus ojos se fijaron en su amado esposo, era su rostro, su sonrisa, su cuerpo, pero... esos ojos.
Esos ojos...
Cellbit sonrió dulcemente cuando Roier lo miró a lo lejos y agitó la mano en saludo. Le correspondió de manera lenta.
Le dolía el corazón por Pepito porque estaba viviendo en una dulce burbuja de familia feliz.
Le dolía por Richarlyson porque creía vivir con normalidad cómo solían ser, entre bromas y aventuras.
Y le dolía para sí mismo porque su amado esposo estaba lejos, y él no sabía en dónde.
Porque al mirar a esos ojos...
—Hola Gatinho —saludó Roier cuando por fin llegaron a donde estaba Cellbit.
Cellbit se levantó y volvió a mirar a los ojos castaños que estaba tan acostumbrado a ver.
Porque al mirar a esos ojos, él podía leerlo, él podía saber que...
—Hola Guapito.
Que ese no era su Guapito.
No era su Roier.
Just like you
Eng. ver
Fit, el jefe de la mafia, un hombre calvo e intimidante. No podías siquiera pararte frente a él sin que te temblaran las piernas del miedo, nadie podía hablar con él sin tartamudear e incluso, él parecía disfrutar aquello.
Aunque sus subordinados sabían que a Fit no le gustaba la ineficiencia, también sabían que no era usual que su jefe fuera cada mañana o cada noche a aquel supermercado. Mucho menos en un área muy diferente a donde se localizaba su propia mafia.
Se leía en el pequeño edificio, incluso podían ver a un hombre guapo entrar y salir con cajas en sus manos, corría de un lado a otro intentando acomodar las cosas y cobrar a las personas. Era todo un lío y mucho más en la hora pico.
Ellos solo habían seguido a su jefe, Fit. Solamente querían saber qué tanto hacía en aquel supermercado y lo que vieron los dejó en shock.
El señor Fit estaba ahí, en el pequeño supermercado, se tardaba demasiado entre cada estante de la tienda, parecía estar muy atento a cada producto que ahí había y lo más sorprendente, Fit parecía tener muchísimo cuidado para no estorbar o molestar al dueño del supermercado.
Esperaron un poco más y finalmente su jefe estaba listo para irse, con sus cosas en la canasta se acercó a la caja y, en lugar de robarlas o exigirle al cajero que lo atendiera inmediatamente, esperó pacientemente su turno.
— Good morning - saludó el joven con una sonrisa y su acento denotaba que era de un país latino tal vez…
— Ehm… Bom dia - soltó Fit con rubor en sus mejillas
Los espectadores estaban impresionados, porque Fit jamás le hablaba en otro idioma a otra persona, lo usual era el inglés. Solamente había una excepción, su hijo Ramón.
¿Eso quería decir que aquel cajero era alguien tan especial como lo era Ramón?
Lastimosamente esa duda quedaría en el aire, porque su jefe los había descubierto y les había dado esa mirada.
Ahora trabajarán hasta que su jefe pueda perdonarlos.
Hola, vuelvo yo aquí y mostrarles algo que acabo de escribir. Leí en twitter a alguien hablando de Fit como jefe de la yakuza y a Pac como dueño de un supermercado. Simplemente no pude no hacerlo y aquí está, algo chiquito pero bonito, espero.
Richas veía inquieto a su hermano menor, al parecer el pequeño no podía dormir y no entendía cuál era la razón, se suponía que ya debería de estar cansado después de un día de caminar mucho. Richas recordaba que a la edad de Pepito, él literalmente caía desmayado en su cama después de todo un día de juegos con sus padres.
— Ya ¿qué te pasa? ¿Por qué no duermes? - cuestionó molesto por no poder dormir
— Mm… Hermano ¿A ti apa te dijo Richas, verdad? - preguntó de manera tímida
— Sí, ese es mi apodo - asintió
— ¿Apodo? - preguntó confuso
— Sí, un apodo es como las personas te llaman en lugar de tu nombre, tu te llamas Pepito pero Pa Roier te dice Pepiux y ese es un apodo - explicó con calma
— Apa te extrañaba mucho - murmuró recordando lo que había escuchado de Roier
— Supongo que sí, yo lo extrañe mucho a él y a mis demás pais - explicó con una sonrisa
— Pero Apa realmente te extraño, a ti, a Leo y a Gatinho, creo que dijo que era su hermana y su esposo - comentó con tristeza - Incluso extraña mucho a Bobby
— Todos extrañamos a Bobby, Leo está bien solo sigue dormida y Pai Cellbit volverá pronto, estoy seguro - asintió seguro
— Pero apa los quiere más a ustedes - continuó Pepito - A mí… dice que me quiere pero ¿realmente me quiere?
— Por supuesto que sí, Pa Roier te quiere mucho - asintió Richas confundido ante la inseguridad del menor - ¿Por qué piensas lo contrario?
— La noche antes de que lo tratara mal - comenzó temeroso - Lo escuche hablar, pensé que estaba dormido pero no era así… decía cosas como “no puedo hacerlo, no otra vez” y “los extraño tanto, ¿donde están?” - contó recordando brevemente las palabras - Decía muchas más cosas, pero sentí en ese momento que no me quería, que no podía conmigo - murmuró con lágrimas en los ojos - Soy muy torpe y no entiendo muchas cosas, pero me dolió mucho el pecho al verlo llorar y no poder abrazarlo. Quiero ser un buen Pepito para apa, pero quisiera que él fuera feliz conmigo como yo lo soy cuando estoy con él - sollozo intentando taparse con la manta
Richas observó aturdido a su nuevo hermanito, no podía creer que ese pequeño se sintiera de esa manera, daba por hecho que Pepito estaba bien y que era inocentemente tonto. Lo había subestimado por completo, no podía hacer más que culparse a sí mismo por no haber esperado algo como esto, después de todo casi lo mata en la tarde.
— Tonto, le diré a pa Roier que estás pensando tonterías - amenazo pero así también lo saco de entre las mantas y lo abrazo - Él te quiere, pero es difícil para él, todo esto. Así como tu te sientes triste, él también se siente así, porque Pai Cellbit no está
— No me gusta ver triste a apa - sollozo abrazando a su hermano
— Entonces debemos hacerlo feliz, mientras esté con nosotros hay que hacerlo feliz, no será fácil pero estoy seguro que entre los tres podremos hacerlo - sonrió acariciando el cabello del menor
— ¿Tres? - preguntó sin entender
— La tía Leo, tú y yo, nosotros lo haremos feliz - explicó recordando a su tía
— ¿Conoceré a la tía Leo? - cuestionó cambiando su expresión triste
— Sí y estoy seguro que ella te dará tostadas con mermelada cuando te vea, te va a cuidar como yo te cuidaré - explicó con una sonrisa aliviada al ver el cambio de ánimo del menor - pero hay que dormir si no quieres que pa Roier nos regañe
— Uhmm… ¿hermano? - lo llamó tímidamente
— ¿Sí? - cuestionó Richas a punto de acostarse
— ¿Puedes envolverme con la sabana? no puedo dormir si no estoy totalmente envuelto, apa siempre me ayuda con eso - explicó de manera tímida - Siempre me dice "Tamal de Pepito"
Richas solo pudo suspirar con cansancio pero finalmente lo ayudó, ahora entendía porque Bobby a veces se veía frustrado con él, ser hermano mayor no es fácil. Pero al menos Pepito era muy tierno.
Holaaaa, aquí otro headcanon o hc, pero esta vez con los huevitos. No sé si recuerdan los que ven el pov de Roier, pero una vez apareció Otipep.exe y pues, quería pensar una manera de "justificar" sus acciones en ese momento y solo pude pensar en esto. Aún así, no me gusto la actitud de Otipep, pero pues antes de que dijeran algo como que esa actitud no era canon, yo quise hacer un hc que me ayudara a comprender lo que paso jajaja Al final Richas envuelve a Pepito como tamal, tome la idea de un dibujo que vi hace mucho en twitter :'D
SHOUT OUT TO ALL THE TWTITTER REFUGEES heads up we dont tolerate hate of any kind here, we make badboyhalo pregnant, and we're not as insane as others make us to be!!! Have a good time here, curate your experience and change your pfp bc bots are so so rampant here omfg
Roier corría lo más rápido que podía, era oficial, iba a morir pronto y no sabía de qué forma, tuvo que dejar a su esposo atrás para poder comprarse un poco más de tiempo. Si iba a morir, no dejaría que los demás se quedarán con sus cosas, había luchado demasiado por obtener todo lo que tenía y no se lo daría fácilmente a los del equipo azul.
No sabía cuando, como, ni donde, no sabía siquiera si lo iban a matar de verdad. De cualquier manera prefería ocultar todo lo que tenía, Cellbit le daría un mejor uso, le ayudaría de ahora en adelante.
Porque ahora no estaría él para ayudarle a tener una buena armadura…
“Yo te ayudo a conseguir una mejor armadura y una mejor arma…” “Pero que no lo sepa tu equipo…”
Había tantos planes entre ambos, querían hacer tantas cosas juntos, pero simplemente no se podía. ¿Había algo que no los dejaba ser felices? Primero sus hijos y ahora él ¿qué sería de Cellbit?
No quería siquiera pensar en el infierno que pasaría su esposo, no era justo, no era justo que su esposo sufriera otra pérdida. No era solo su esposo, también Jaiden y Foolish, los dejaría solos, ya no podría bromear para aligerar el momento, ya no podría hacerlos felices, ya no podría protegerlos…
“Gatinho… Sé que estarás desesperado por buscarme, para cuando encuentres este libro, yo ya me habré ido. No sé lo que me deparé, no sé si voy a morir, no sé si tal vez solo me llevaran a otro lugar, o tal vez estoy exagerando y simplemente me pusieron en tu grupo y todo esto no tendría sentido, porque no tiene sentido que nos maten a todos ¿no es así? Lo siento… debí haber hecho mejor las cosas, debí haber matado a esos culeros desde el principio, debí haber intentado ganar. Si no muero mañana, si me llevan a otro lugar, ten por seguro que volveré a ti, porque así lo prometimos ¿no es así? Así como te fui a rescatar la primera vez, así lo volveré a hacer, nos volveremos a encontrar, no me olvides Cellbit porque yo no te voy a olvidar. Eu te amo Atte. Guapito.”
Dejó finalmente el libro en el cofré junto a todas sus cosas y lo enterró, sabía que Cellbit lo encontraría, tenía que hacerlo. Porque habían prometido encontrarse justamente en ese sitio al día siguiente, tendrían una cita, una en la que conseguirían más diamantes e incluso encantarían cosas, tenían todo planeado.
— Mierda… - susurro en voz baja mientras sentía las lágrimas bajar por sus mejillas - No quiero dejarlo, no quiero maldita sea — Objetivo encontrado…
Hola, este es un pequeño hc, un pequeño fic, un pequeño one-shot(? como ustedes quieran llamarlo. Lo hice hace tiempo por el purgatorio en el QSMP, lo había subido a twitter pero ahora lo subo aquí para compartirlo nada más :D
Doied se mantenía trabajando, a pesar de que ahora estaba al mando, su trabajo no disminuía y, de hecho, parecía que todo había empeorado, ahora tenía más obligaciones que antes. Aun así estaba feliz mientras tomaba el lugar de Roier, porque era tan sencillo hacerse el tonto frente a sus “amigos”, ni siquiera su propio esposo se había dado cuenta del cambio.
— Tan divertido – murmuró para sí mismo mientras analizaba los datos
— No debería ser divertido – escuchó una voz en su cabeza está era más profunda y seria
— Lo sé, lo siento… - se disculpó mientras apretaba la pluma con fuerza
— Recuerda tu trabajo, Doied – ordenó con molestia
— En eso estoy, Roger – susurro con temor
— Eso espero, de lo contrario, yo tomaré tu lugar – declaró con molestia y así como llegó, se fue
Doied suspiró con cansancio, su cabeza comenzó a doler, cada vez que Roger se presentaba de esa manera, su cabeza terminaba a punto de estallar. Debería descansar por ese día, volvería a casa y dormiría, eso era lo que necesitaba.
— ¿Apa? – escuchó al llegar a casa
— ¡Pepiux! – saludó con emoción mientras lo cargaba – Deberías estar dormido ya
— Quería esperarte, apa – explicó con pena
— Recuerda siempre dormir si es que yo llego muy tarde, tú sabes que… a veces tengo cosas que hacer – sonrió con calma
— Lo sé – asintió contento - ¿Me cuentas una historia para dormir?
— Claro, Pepito culo chiquito – asintió mientras lo llevaba a su cama
Después de una breve historia para poder dormir, observo a Pepito dormir de manera plácida, siempre estaba todo envuelto como tamal pero sabía que si no lo cobijaba de aquella manera, probablemente el niño amanecería en el suelo y con un chichón en la cabeza.
Decidió irse a dormir finalmente, se había vuelto experto en ocultar sus dolores de cabeza, desde niño había sido capaz de hacer eso. Siempre guardándose para sí mismo lo que sentía, ya sea dolor físico o emocional, todo eso podía ocultarse tras una perfecta sonrisa.
Pero Roier había fallado completamente en guardar la compostura y por eso, tuvo que ser retirado por el momento.
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— Roger – escuchó que lo llamaban, era aquella voz profunda y dura que lo llamaba cuando era niño
— N-no quiero – susurro asustado – No quiero ir a la habitación blanca, duele mucho
— Roger – volvió a llamarlo y no pudo hacer más que ir
El niño fue llevado a una gran habitación blanca con muchos aparatos, aunque no quería sentarse en la silla, tuvo que hacerlo y así sus manos y pies fueron atados, tan apretados que incluso dolía. Pero Roier no podía mostrar ninguna emoción, no mientras aquellos hombres de blanco lo estuvieran viendo y mucho menos aquel que lo llamaba Roger.
Cada día que pasaba era similar, lo levantaban, comía, descansaba, lo llevaban a esa habitación blanca y luego lo dejaban en su habitación. Solo podía salir al jardín una vez a la semana, de lo contrario debía mantenerse en su habitación.
Odiaba el blanco, lo odiaba por completo, prefería el color rojo como la sangre que le sacaban cada semana o el azul, como el azul del cielo que podía ver a través de la ventana.
— ¡Roier! – escuchó y aunque no podía ver a la persona, sabía de quién se trataba
— Culckity – bromeó mientras se sentaba recostado en la puerta, estaba demasiado cansado como para intentar ver por la ventanita
— Es Quackity, ya te lo dije – reprocha con malhumor
— Lo sé, lo sé – asintió con una gran sonrisa - ¿Qué quieres?
— ¿Fue duro? – preguntó con temor
— Un poco – asintió sin ganas – Aunque hoy me dieron un palo, me pidieron que golpeara un muñeco
— ¿De verdad? Yo soy muy malo en eso – contestó preocupado - ¿Crees que se enojen si lo hago mal?
— No lo creo, osito bimbo no se enoja – negó recordando al doctor que siempre lo cuidaba, no al que lo llamaba Roger, al que si lo llamaba Roier
— Ya – asintió - ¿Sabes? Últimamente he sentido algo raro, es como si mi mente a veces se dividiera. You know what I mean? It’s really weird, I don’t know how to explain to you…
— Qulkity no entiendo cuando hablas así – señaló, entendía un poco pero no todo
— Oh, otra vez lo hice, lo siento – se disculpó de inmediato
— Quackity – escucharon y Roier sabía que ahora era turno de Quackity
— Nos vemos, Roier – se despidió el niño
Como pudo, Roier se levantó para simplemente regresar a la cama y acostarse, estaba demasiado cansado como para seguir de pie. Algo que le pasaba más a menudo, era el olvidar cosas, algunas cosas que Quackity le dijo u otras que él mismo hizo.
— Roger – escuchó
— Tsk, otra vez – murmuró el niño pero el hombre vestido de blanco sabía que había algo extraño – ¿Y? ¿Me vas a llevar o puedo seguir durmiendo?
— ¿Roier? – escuchó detrás de la puerta blanca al frente y sabía que era Quackity
— Es Roger y no te metas, Quackity – le ordenó mientras caminaba de mala gana detrás del hombre de blanco
Al analizar la actitud del niño veían la diferencia, ahora era más rudo, más insolente y más fuerte. Su postura era diferente, su mirada también, probablemente si el niño tuviera un arma en las manos, daría muchísimo miedo, pero al estar desarmado no podía hacer mucho daño.
— ¿Van a comenzar? – cuestionó molesto – Apresúrense – ordenó
Con el pasar de los días se fueron dando cuenta, el niño tenía distintas personalidades y todas muy diferentes entre sí. Durante algún tiempo pensaron en él como un experimento fallido, pero tal vez no era un experimento fallido, tal vez habían logrado algo nuevo.
— ¿A dónde me llevan? – cuestionó molesto – Se supone que las pruebas terminaron por hoy
— Silencio, Roger – ordenó el hombre
— No me voy a callar ¿por qué Quackity sigue durmiendo? ¿Qué le hicieron? – continuó molestó
A pesar de las preguntas, no hubo respuesta, simplemente continuaron llevándolo a la fuerza, pasaron por varias salas, en todas Roier ya había estado y ya habían experimentado con él en ellas, ahora se dirigían a la sala del fondo, no sabía que le harían allí y tampoco quería saberlo.
Al entrar en la sala lo hicieron atravesar una puerta de cristal, era como una pequeña sala de vidrio dentro de ese cuarto tan blanco. No sabía exactamente qué ocurriría ahí, pero tenía miedo. Por primera vez tenía miedo, sus manos temblaban y dudaba mucho poder mantenerse en pie.
No escuchaba nada de lo que pasaba detrás de la pared de vidrio, simplemente observó un botón verde y muchas luces comenzaron a rodearlo. Quería encontrar una salida pero no pudo encontrar algo, solamente una rejilla de ventilación que estaba al otro lado del vidrio y unos ojos, eran unos ojos muy bonitos y azules.
— Azul – murmuró antes de caer inconsciente
Uno de los hombres de blanco notó la mirada de Roier y la dirigió hacia el lugar que veía, era la rejilla de ventilación pero no había nada ahí ¿o sí?
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Doied despertó con la respiración acelerada y sudor en la frente, ese había sido un sueño, solamente un sueño, ya no sucedía nada de eso porque ahora era él quien se encargaba de los experimentos, él ya no era un experimento.
— Ya no lo soy - murmuró asustado
— ¿Apa? - cuestionó Pepito al subir la escalera
— Ah, Pepiux - lo saludó intentando mantener la compostura - ¿Aún no te duermes? Vamos, te llevaré a la cama otra vez - sonrió levantándose de la cama
Sí, él ya no estaba en el laboratorio, ahora tenía una casa y tenía un hijo, tenía amigos, tenía una familia…
— No por mucho tiempo…
Hola, pues este es un pequeño hc que tengo sobre el lore de Roier, no sabemos exactamente como va su lore, pero desde antes imaginaba a su cubito con TID o trastorno de identidad disociativo. Así que después de ver un poco más de su lore, me imagine este hc y lo traigo por acá. No sé si pueda hacerlo pero si me inspiro lo suficiente, tal vez pueda hacer otros hc, tal vez uno de Quackity y otro de Cellbit, todo dependerá de sí me inspiro lo suficiente. Por el momento espero lo hayan disfrutado y disculpen cualquier error <3
| Un espectador.
Filho... Filho... Filho...
Esa palabra repercutía en la mente de Pepito. Él siempre se encontraba en silencio cuando estaba cerca de Cellbit y Richarlyson. Le gustaba observar la dinámica de ellos, y externamente podía ver cómo se perdían en el mundo de ellos.
Era incluso para él una grosería reventarles la burbuja.
Y sólo a veces, pensaba que le sería imposible integrarse a ellos.
Él era Pepito. Sólo Pepito. Y escuchar varias veces su nombre por su padre Cellbit, lo hacía sentir bien, visto por él.
Pepito tenía la esperanza de que un día, Cellbit lo miraría y lo llamaría de filho, lo vería como suyo también.
Un día...
Pepito soñaba con ese día.
Pero ahora simplemente sonreía de estar a su lado, no le importaba si no le prestaba atención, hacerle compañía era una felicidad plena para él.
Así que no estaba desanimado, tenía certeza de que su deseo se cumpliría, una vez sucedió, por lo tanto debía ser paciente.
Pepito era bueno esperando.
Pero poco sabía él, que en un futuro vendrían tiempos oscuros para la familia.
Qué suerte que Pepito tenía el don de la paciencia, porque la necesitaría...
(Algo corto y rápido porque tengo ganas de chillar :D)
plz change your icon from the default little shape dudes, otherwise ppl might think you're a bot and block/report you
alright go back to scrolling ^^
ARMY de corazón 💜 Patito de corazón 💛 Intolerante al hate 🙅🏻♀️ Con respeto todo es mejor 🫶🏻 Nací en el 96, soy zellenial(? 🤓
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