Estoy cansada de que me duela el alma
Converjo efímeramente en lo profundo de la soledad
Sin salir del torbellino de viento que viene desde mi pensar, mi angustia y mi dolor
Entonces
Cuando me encuentro cerca de la penumbra
Entiendo que con el refugio de las palabras,
Entre puntos y comas
Abrazando la noche
Abrazándome a mi
Ahí me encuentro yo.
I don't feel guilt at being unsociable, though I may sometimes regret it because my loneliness is painful. But when I move into the world, it feels like a moral fall- like seeking love in a whorehouse.
-Susan Sontag, As Consciousness is Harnessed to Flesh: Journals and Notebooks, 1964-80
Tú siempre me vas a doler, porqué tú siempre fuiste mi excepción.
-Pattinson_v
Quizá en otra vida sí.
“A veces nos topamos con personas que nos gustan. Sí, nos gustan mucho. Y no por el hecho de que nos gusten vamos a pensar en ellos como próximos amantes y nuevos novios. Simplemente nos gustan. Sí, nos gustan mucho. Y sí por ello vamos a pensar en ellos como aliados, o compinches, o colegas. ¿Por qué añadirle una etiqueta al futuro que desconocemos? Un socio, un amigo, un compañero… un algo. Puede que quizás en una semana como en dos meses… se convierta en otra cosa, tampoco voy a negarlo; pero puede también que se que se diluya, llevándose tras de sí, toda esa atracción primera, convertida en un mero número de teléfono y una copa de vino a medias. Simplemente nos gustan. Y sí, existen personas que me gustan, y mucho. No pienso en acostarme con ellas o prometerles un amor eterno. No, de momento. Tampoco confirmo ni desmiento que en un azar termine compartiendo unas sábanas y un grito mudo de placer contra una pared. No me aventuro a descifrar los porvenires. Me conformo con conocerles, evadirme, jugar y cortejarles. Vivirlos. Aprender de ellos. Conocer nuevas fórmulas, nuevos guiños y alguna que otra anécdota. Y me gustan. Me gustan mucho. Y me gustas. Me gustas mucho. Así que apresúrate, sígueme el juego y actúa como si me conocieras. No rompas esa magia. Sé mi nuevo confidente. Olvídate de las esperas.”
— Alejandra G Remón
— Kate Zambreno
Autor: Elvira Sastre
César Ortiz
Lunes, 9, 8 h
Noche de insomnio a pesar de que tomé diez pastillas. Lloré. Me odio más que nunca y odio mi cara y mi cuerpo pues los miro a través de sus ojos. Odio mi cara que no supo fascinarla.
Amo y no sé qué hacer. ¿Qué se hace en este mundo civilizado cuando se ama así?
Diario, enero de 1961 (Lumen, nueva edición 2013).
Soy experta en auto sabotearme.
Because I imagined myself stronger. Because I was making an incorrect mathematical calculation about love: I thought that, in adding up everything I understood, I loved. I didn’t know that, adding up everything you don’t understand is the way to truly love. Because I, just from having felt affection, thought that loving is easy. It’s because I didn’t want solemn love, not understanding that solemnity ritualizes incomprehension and transforms it into an offering. And also because I always try to handle things my way, it’s because I still don’t know how to give in. It’s because deep down I want to love the thing I would love—and not what is. It’s because I’m still not myself, and so the punishment is loving a world that’s not itself.
—Clarice Lispector, Forgiving God